Los países pueden decidir cambiar su constitución por varias razones, algunas de las cuales incluyen: (1) como una forma de resolver problemas políticos, como la inestabilidad, el autoritarismo o la corrupción; (2) como una forma de adaptarse a los cambios sociales, como el aumento de la diversidad étnica o cultural, la evolución de los derechos de las mujeres o de las minorías, o el surgimiento de nuevos movimientos sociales; o (3) como una forma de adaptarse a los cambios económicos, como la globalización, la liberalización del comercio o la privatización de servicios públicos. También puede ser por cambios en la estructura de poder, procesos de paz o referéndums.
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