La inteligencia artificial (IA) está dando a las máquinas el poder de ver, oír, saborear, oler, tocar, hablar, caminar, volar y aprender. Está haciendo que las empresas desarrollen formas completamente nuevas de interactuar con sus clientes, ofrecerles productos y experiencias de servicio mucho más inteligentes, automatizar procesos e impulsar su sostenibilidad de largo plazo.
La IA es una herramienta poderosísima para que las empresas potencien sus modelos de negocio. Por ejemplo, en un negocio de venta minorista en línea, la IA podría ayudar a mostrar a los visitantes a plataforma los productos que desearían comprar, a partir de una página personalizada para cada visitante, con el objetivo de mostrarles los artículos que les interesarán, a precios que parecen adecuados.
Al monitorear las acciones de cada visitante, ya sea que realicen una compra, naveguen hacia un artículo diferente o abandonen el sitio, la IA podría aprender en tiempo real a realizar ajustes en la página personalizada para aumentar la probabilidad de que la visita termine en una compra.
También, la IA podría segmentar a los visitantes de acuerdo con los datos que recopilaría sobre ellos, modelando su comportamiento y combinándolos con elementos populares entre otros que se ajustan a un patrón similar.
Mientras que, en un negocio de comidas, se podrá aplicar IA para tomar decisiones de forma autónoma sobre qué promocionar y vender a los clientes. Esta decisión se basaría en factores que incluyen las tendencias de pedidos de la zona donde se ubica el restaurante, como son el clima y el inventario que el restaurante necesita para cambiar antes de que se agote. Con esta IA también se puede ofrecer promociones personalizadas, ofreciendo ofertas en comidas en los que es probable que cada cliente esté interesado en ellas.
Otro ejemplo de aplicación de IA, la encontramos en el fast food, donde se puede lograr que la IA use algoritmos de aprendizaje automático para inspeccionar automáticamente la calidad de los productos antes que el cliente los reciba, tomando una fotografía a cada producto después que ha sido elaborado para compararlo con la descripción del producto que figura en la orden de pedido, a fin de asegurarse de que el cliente recibirá lo que efectivamente pidió y pagó.
De la misma manera, en una tienda de supermercado, la IA podría implementar robots autónomos de escaneo que patrullen los pasillos capturando imágenes de video de los productos en los estantes para garantizar reabastecimiento en tiempo real y que retroalimentar los datos a la cadena de suministro y los sistemas de inventario para pronosticar la demanda con mayor precisión. Con esos datos también se pueden construir modelos precisos de comportamiento del cliente con mejores predicciones de qué artículos se venderán en diferentes momentos del día.
En general, aplicando IA una empresa podría utilizar los datos que recopila de los clientes y sus operaciones comerciales para construir modelos detallados que le permita conocer quiénes son sus clientes, segmentarlos según el modelo en el que se adapten mejor, para dar a la empresa pistas sobre lo que podrían querer comprarle.
Si usted está planeando potenciar la cadena de creación de valor de su empresa, un proyecto de IA podría ser una de las soluciones más efectivas. Sin embargo, para tomar la decisión de llevar adelante dicha inversión, es recomendable que antes realice una rigurosa evaluación de su modelo de negocio que le permita determinar la manera que la IA le permitirá potenciar dicho modelo.
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