Banca Electoral BCP: Preocuparte sí debes

La confesión tardía del presidente del Banco de Crédito del Perú (BCP), Dionisio Romero, reconociendo haber aportado US$ 3,65 millones en efectivo a Keiko Fujimori para apoyar su campaña electoral de 2011, ha abierto una tremenda caja de pandora.

Si bien Romero asevera que esos recursos provienen de los accionistas del BCP y no de sus clientes, en los registros de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) no figuran ni Dionisio Romero, ni los accionistas del BCP ni Credicorp Ltd como aportantes al partido de Keiko Fujimori.

O sea, se trataría de una plata no declarada ni registrada contablemente como aporte a una campaña electoral, entregada en maletines a la mano de una candidata presidencial, por parte del propio presidente del banco más grande del Perú.

Es tamaña informalidad que envuelve esta operación, que hace ineludible que la autoridad tenga que investigar sobre una presunta tenencia de excedentes de fondos en dólares, no contabilizados, a fin de despejar una hipótesis por lavado de activos, delito que consiste en introducir en la economía recursos o ganancias provenientes de presuntas actividades ilícitas. Es por ello que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFPs (SBS) no tuvo otra opción que anunciar una investigación del caso.

Romero manifiesta haber sentido que “era responsabilidad de Credicorp apoyar la alternativa política que tenía las mayores posibilidades de enfrentar la amenaza de que el Perú sufriese el destino de Venezuela”. Está en su derecho de sentir esa responsabilidad, aunque para un banquero eso no puede ser pretexto para actuar sin transparencia y formalidad.

Un banquero tiene mayor responsabilidad que cualquier otro ciudadano de combatir el lavado de activos, porque es a través del sector financiero que se recibe y canaliza la mayor parte de los flujos de capitales de la economía. El buen banquero es un apóstol de la transparencia, para evitar que el dinero de procedencia ilícita se confunda con recursos de origen legal.

A no dudarlo, este caso pondrá a prueba el nivel de autonomía e institucionalidad de la SBS y la propia capacidad del primer banco del Perú, para reinventarse y blindarse con una credibilidad renovada hacia el futuro. BCP ¡Preocuparte sí debes!