Los bancos y bonos verdes son importantes movilizadores de capital donde el financiamiento tradicional no llega, que impulsan a su vez la inversión privada y ayudan a estandarizar prácticas de financiamiento para facilitar la implementación de proyectos con energías limpias.
Los “bancos verdes” son entidades de financiamiento que facilitan el acceso a financiamiento a un costo razonable y, generalmente, con plazos más largos, para proyectos relacionados con energías limpias. Aprovechan diversos fondos públicos y utilizan una amplia gama de productos financieros para atraer inversión privada, tales como: préstamos directos a largo plazo y con tasa de interés por debajo del mercado, diversos tipos de seguros o garantías (credit enhancement), estructuración de fondos de inversión, deuda subordinada, inversión en fondos existentes, emisión de bonos (para refinanciación de inversiones del banco). Pueden apalancar fondos públicos, que suelen ser limitados, para atraer un capital privado significativamente mayor. En general, tienen amplia flexibilidad para ofrecer diversos mecanismos financieros y ajustar dichos mecanismos al tipo de proyecto o inversionista.
Los bancos verdes juegan roles importantes en i) titulizar grupos de proyectos de menor escala para alcanzar una escala comercialmente atractiva (warehousee); ii) estandarizar contratos para facilitar la agrupación de proyectos; y iii) la difusión de información sobre tecnologías limpias y mecanismos de financiamiento verde, a fin de ampliar el conocimiento de los inversores (open source banking). De esta manera, se hacen rentables proyectos que, de manera individual, no tendrían la escala para lograr la rentabilidad esperada por las fuentes de fondeo.
Por su lado, los “bonos verdes” son instrumentos que operan como bonos convencionales, con el requisito adicional de que el financiamiento se utilice únicamente para proyectos “verdes”, como lo son los proyectos de energía limpia. Al igual que los bonos convencionales, los bonos verdes son instrumentos de deuda ofrecidos al mercado por un plazo fijo y, generalmente, a una tasa de interés fija, con el fin de levantar capital para financiar proyectos. Pueden ser emitidos por organizaciones multilaterales, bancos de desarrollo, agencias gubernamentales, instituciones financieras o empresas privadas.
Los bonos verdes proporcionan una medida de verificación de cumplimiento de ciertos estándares de desempeño ambiental. La clave para que el mercado de “bonos verdes” funcione es asegurar la transparencia y la rendición de cuentas al i) definir el uso de los fondos (use of proceeds); ii) definir de manera específica los criterios de elegibilidad de los proyectos que van a ser financiados con “bonos verdes” (process for project evaluation and selection); iii) asegurar que los fondos derivados de la emisión de bonos sólo se utilicen para proyectos que cumplan con dichos criterios (management of proceeds); y iv) reportar sobre el uso de los fondos y el “rendimiento verde” de los activos financiados (reporting). Algunos inversores en bonos verdes también buscan verificación independiente por una tercera parte para asegurar que los emisores de los bonos verdes estén siguiendo procedimientos adecuados y que los proyectos financiados cumplan con estándares desarrollados por organizaciones independientes expertas. Los tipos de bonos que suelen emitirse son los siguientes:
- Bonos de obligación general (General Obligation Bonds): Los fondos derivados de la emisión de bonos se destinan a proyectos verdes. Son garantizados por todos los recursos financieros de la entidad emisora.
- Bonos de ingreso (Revenue Bonds): Los fondos de la emisión de bonos también se destinan a proyectos verdes. Se repagan con los ingresos generados por la entidad emisora, por ejemplo, a través de impuestos y tarifas.
- Bonos de proyecto (Project Bonds): El uso de los fondos derivados de la emisión de estos bonos se limita a la financiación de proyectos verdes subyacentes específicos. Son garantizados únicamente por los activos y el flujo de ingresos del proyecto.
- Bonos de titulización (Securitized Bonds): Los fondos derivados de estos bonos se destinan a 1) proyectos verdes o 2) directamente a proyectos verdes subyacentes. Estos bonos están respaldados por activos que han sido agrupados como garantía.
El mercado de bonos verdes ha tenido un crecimiento sostenido y se ha ido consolidando, a través de emisiones de instituciones públicas y privadas. Según la OCDE, tan sólo en el 2014, se realizaron nuevas emisiones de bonos verdes por más de US$ 38.800 millones.