Brasil: confianza del empresario disminuyó en octubre, pero se mantiene en territorio positivo

En octubre de 2023, el ICEI registró una caída de 1,4 puntos, situándose en 50,5. Esta es la segunda disminución mensual desde abril. Sin embargo, es importante destacar que el índice ha permanecido por encima del umbral de crecimiento de 50 durante cinco meses consecutivos. Esta tendencia en el ICEI coincide con las previsiones del banco central de Brasil, que ha advertido sobre una desaceleración en el crecimiento económico del país en los próximos trimestres. Esta advertencia también se alinea con las indicaciones de posibles recortes adicionales en las tasas de interés. Al analizar más detalladamente el índice, se observa que la confianza de los empresarios respecto a los próximos seis meses ha disminuido, pasando de 54,2 en septiembre a 53 en octubre. Esta disminución se refleja tanto en las perspectivas de las empresas individuales como en las percepciones sobre la macroeconomía brasileña.

La confianza en las perspectivas de las empresas individuales cayó de 57,2 en septiembre a 55,9 en octubre. Por otro lado, el pesimismo sobre la situación macroeconómica del país se intensificó, pasando de 48,2 en septiembre a 47,3 en octubre. En cuanto a la percepción actual, el pesimismo se acentuó aún más, registrando 45,6 en octubre en comparación con 47,3 en septiembre. Este pesimismo se vio influenciado tanto por el deterioro de las condiciones macroeconómicas (41,1 en octubre vs 42,4 en septiembre) como por los desafíos específicos que enfrentan las empresas (47,8 en octubre vs 49,7 en septiembre).

La disminución en el ICEI sugiere que, aunque la economía brasileña ha mostrado signos de crecimiento en los últimos meses, los empresarios industriales están comenzando a adoptar una postura más cautelosa. Las preocupaciones sobre la macroeconomía y los desafíos específicos de las empresas están afectando la confianza y podrían influir en las decisiones de inversión y producción en el sector industrial. Es esencial que las autoridades brasileñas aborden estas preocupaciones para garantizar un ambiente propicio para el crecimiento y la inversión en el país.