La agencia Fitch Ratings bajó la calificación soberana de Venezuela desde “B+” a “B”, con panorama negativo debido a una mayor inestabilidad macroeconómica y retrasos en la implementación de políticas para afrontar la inflación y distorsión del mercado cambiario. Asimismo, la falta de políticas de ajustes sostenidas y coherentes podría llevar a una mayor inestabilidad financiera además de una posible agitación social.
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