La economía chilena experimentó una contracción en febrero de 2023, con una disminución del 0,5% en el índice de actividad económica Imacec en comparación con el año anterior. Esta disminución se debió a la contracción en el sector comercial y las actividades productoras de bienes, a pesar de los aumentos moderados en la manufactura y la minería. El sector servicios, por otro lado, siguió expandiéndose, pero a un ritmo más lento que en el pasado.
La caída en la actividad económica chilena puede atribuirse a una combinación de factores, como las tensiones comerciales internacionales, las fluctuaciones en los precios de los productos básicos y las incertidumbres políticas. Además, la desaceleración en el crecimiento global también puede estar afectando la demanda de bienes y servicios chilenos. Para enfrentar estos desafíos, Chile deberá centrarse en impulsar la inversión en infraestructura, la diversificación económica y el fomento de la innovación en sectores clave para garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo.