El Banco Popular de China (PBoC) mantuvo sus tasas de interés sin cambios en la fijación de noviembre, una medida que estaba ampliamente anticipada por los analistas. Esta decisión incluye mantener la tasa preferencial de préstamos a un año (LPR) en el 3,45%, un mínimo histórico, y la tasa a cinco años, crucial para las hipotecas, en el 4,2%. Esta estabilidad en las tasas de interés se produce en un contexto donde la economía china enfrenta desafíos mixtos y crecientes vientos en contra en el sector inmobiliario, a pesar de las medidas de estímulo implementadas por las autoridades.
La decisión de mantener las tasas de interés estables sigue a una acción similar del banco central la semana pasada, donde mantuvo estables las tasas interbancarias a mediano plazo. Esto refleja una respuesta cautelosa a la actividad económica mixta observada en octubre y los desafíos profundizados en el sector inmobiliario. A pesar de las medidas de estímulo, el PBoC ha optado por una postura de estabilidad en lugar de una flexibilización adicional, lo que indica una evaluación cuidadosa de la situación económica actual y futura de China.
China se mantiene como un caso atípico entre los bancos centrales globales, optando por relajar su política monetaria en un intento de revitalizar una economía que enfrenta dificultades. Sin embargo, la posibilidad de nuevos recortes de tasas plantea preocupaciones sobre la ampliación de la brecha de rendimiento con EEUU, lo que podría llevar a una depreciación del yuan y a salidas de capital. A pesar de estas preocupaciones, algunos economistas anticipan que el PBoC podría reducir el índice de referencia de préstamos en 20 puntos básicos hacia el final del primer trimestre de 2024, en un esfuerzo por impulsar aún más la economía.
La decisión del PBoC de mantener las tasas de interés estables tiene implicaciones significativas tanto para la economía china como para los mercados globales. Mientras que la estabilidad de las tasas busca preservar el equilibrio económico interno y evitar una depreciación acelerada del yuan, también refleja una cautela frente a las dinámicas económicas globales. Esta postura podría influir en las decisiones de política monetaria de otros bancos centrales, especialmente en el contexto de las tensiones entre China y EEUU. Además, la posibilidad de un ajuste en las tasas de interés en 2024 sugiere una estrategia a largo plazo del PBoC para navegar en un entorno económico global incierto y en constante cambio.