Se esperaba que ocurra pero no tan pronto, los estimados más optimistas situaban al 2019 como la fecha en la que la economía china desplazaría a la de EEUU del sitial de líder económico mundial que mantuvo por más de 140 años. Según el Programa de Comparación Internacional del Banco Mundial, la economía china totalizó en el 2011 US$ 13, 5 billones en paridad de poder adquisitivo, entre el 2011 y 2014 el PBI chino acumuló un crecimiento del 24% que permite elevar el valor a US$ 16, 7 billones, superando con ello al PBI de EEUU que en el mismo lapso sólo creció 7, 6% alcanzando un valor de US$ 16.6 billones. Algunos atribuyen como explicación de este hecho a los efectos de la crisis financiera internacional, que mientras en EEUU provocó un crecimiento mediocre, en China sólo generó un moderado enfriamiento; en parte es cierto pero son otros los factores que lo fundamentan.
El repunte chino es resultado de un proceso de transformación económica más complejo que inició cuando buena parte de las industrias de EEUU y de Europa fueron trasladadas a China y otros países emergentes, debido a sus menores costos industriales. EEUU y en mayor medida Europa son dos regiones que tienen un modelo productivo de Economía del Bienestar, donde gastan mucho en el Estado: cerca del 50% del PIB en Europa y del 30% en EEUU si se suman las administraciones estatales y locales. El gran dinamismo del sector productivo no se reinvierte sino que se traslada a la burocracia, que lo esteriliza en gasto corriente y subsidios, con lo cual la base dinámica de crecimiento cada vez tiene menos recursos y no puede competir con países como China, que tienen una burocracia menor. Si en China, un edificio de 45 pisos se tiene que terminar en 8 meses y quienes lo dirigen no cumplen, tienen que pagar multas de hasta el 30% de su salario mensual, como forma de incentivo para no atrasarse. Los obreros también pierden sus premios, que son por lo común de cinco sueldos, de aproximadamente US$ 900 por mes en los ocho meses que dura la construcción. Este tipo de eficiencia no puede obtenerse en el mundo occidental. No obstante, el PIB per cápita, un cálculo aproximado del estándar de vida, demuestra que China seguirá siendo inferior a EEUU durando largo tiempo, ya que el de la unión americana es aproximadamente cinco veces mayor al chino (US$ 50.000 por persona contra US$ 10.000).