El Gobierno de la extrema izquierda en Colombia ha implementado una agenda marcadamente proteccionista que busca revertir el proceso de apertura comercial de las últimas décadas. Con el argumento de proteger a los campesinos y productores locales, se busca cerrar la economía y limitar el flujo comercial con el mercado internacional. El presidente Gustavo Petro ha anunciado la intención de revisar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, centrándose en áreas como el acceso a los mercados, las reglas de origen, la inversión extranjera directa y la propiedad intelectual.
La revisión propuesta por el Gobierno de Petro busca aprovechar la flexibilidad del tratado para aumentar las barreras comerciales en la medida de lo posible. Aunque se evita una renegociación integral debido a las dificultades para lograr cambios profundos, se busca incrementar la protección arancelaria en sectores como la industria textil y los productos agropecuarios. Esto resultaría en un encarecimiento del costo de vida para los colombianos en beneficio de un pequeño grupo de empresarios protegidos.
Además del TLC con EEUU, el Gobierno de Petro también pretende establecer aranceles para todo el comercio bilateral, proponiendo tasas de hasta el 40% para los bienes textiles. Esta medida proteccionista se suma a la propuesta de aumentar los aranceles a la importación para «combatir el aumento de las tasas de interés», una medida sin fundamento que podría tener consecuencias negativas en la actividad económica y el costo de vida.