Los futuros del crudo WTI experimentaron un notable aumento, superando los US$ 90 por barril el pasado viernes, alcanzando niveles cercanos a máximos de diez meses. Este incremento se da en un contexto de crecientes preocupaciones globales respecto al suministro de petróleo, las cuales han sido intensificadas por recientes restricciones rusas a las exportaciones de combustible. Rusia, uno de los principales productores y exportadores de petróleo a nivel mundial, ha implementado prohibiciones temporales a las exportaciones de gasolina y diésel con el objetivo de estabilizar los precios de los combustibles en su mercado interno.
El gobierno ruso anunció estas restricciones el jueves, y se producen después de que las exportaciones de diésel del país experimentaran una caída de casi un tercio durante las dos primeras semanas de septiembre. Además, datos oficiales revelaron que los inventarios de crudo de EEUU disminuyeron en 2.135 millones de barriles la semana pasada, situando las existencias en Cushing en su nivel más bajo desde julio de 2022. A pesar de estos factores, que generalmente impulsarían los precios del petróleo, el índice de referencia del petróleo de EEUU está en camino de concluir la semana con pocos cambios, enfrentando presiones derivadas de posibles ajustes en la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU.
Las posibles subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal podrían tener un impacto significativo en el crecimiento económico y la demanda de energía, ejerciendo presión sobre los precios del petróleo. Estas dinámicas subrayan la complejidad y la interconexión de los factores que influyen en los mercados energéticos globales. La interacción entre políticas internas, como las restricciones de exportación de Rusia, y factores macroeconómicos y monetarios globales, como las políticas de la Reserva Federal, juegan un rol crucial en la determinación de los precios y la estabilidad del mercado petrolero.