El Índice de Gestión de Compras (PMI) compuesto global de EEUU del S&P se revisó a la baja para agosto de 2023, situándose en 50,2, en comparación con la estimación preliminar de 50,4 y la lectura del mes anterior de 52,0. Este ajuste señala la tasa de crecimiento más lenta en la actividad empresarial del sector privado estadounidense desde febrero de 2023. La desaceleración se atribuye principalmente a un crecimiento más débil en el sector de servicios y a una disminución en la producción manufacturera.
La revisión a la baja del PMI compuesto indica varios aspectos preocupantes en la economía de EEUU. Primero, hubo una disminución marginal en el total de nuevos negocios, marcando la primera caída desde febrero. Además, los nuevos pedidos de exportación también se contrajeron, lo que se atribuye a una disminución en la demanda de bienes, a pesar de un aumento en el gasto en servicios. En el ámbito laboral, la tasa de creación de empleo alcanzó su nivel más bajo desde octubre de 2022, lo que sugiere una capacidad excedente y una disminución más pronunciada en los trabajos pendientes.
La desaceleración en el crecimiento de la producción del sector privado podría tener implicaciones significativas para la economía de EEUU y, posiblemente, para los mercados globales. La intensificación de las presiones sobre los costos podría llevar a un aumento en los precios, exacerbando las preocupaciones sobre la inflación. Además, la disminución en la tasa de creación de empleo y la contracción en los nuevos pedidos de exportación podrían ser indicadores de una economía en desaceleración, lo que podría llevar a políticas monetarias más flexibles o medidas de estímulo para impulsar la actividad económica. Este escenario plantea preguntas sobre la resiliencia de la economía estadounidense en un entorno global incierto.