En el último informe de la OIT sobre los efectos de la Covid-19, los cálculos estimados para finales de año sería la pérdida de 125 millones de empleos con respecto a 2019, un crecimiento del 25% frente a la última cifra proyectada. Ello se debería al lento avance de la vacunación que impide el regreso a las actividades laborales, la falta de medidas de estímulo fiscal y la lentitud y la divergencia entre países ricos y pobres. A nivel regional, la disparidad muestra que, en Europa, la pérdida de horas de trabajo con respecto a los niveles prepandemia fue del 2,5% en el tercer trimestre; mientras en Asia, se situó en 4,6%; en África subió al 5,6%, en América al 5,4% y en países árabes al 6,5%, siendo la tasa de vacunación la clave.
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