Mientras el país se debate en una nueva ola de corrupción que ya tumbó a un ministro y amenaza con diezmar al poder judicial, nubes de tormenta se vislumbran en el horizonte de la economía peruana. El MEF celebra las elevadas tasas de crecimiento de la recaudación y del PBI y revisa en alza sus proyecciones de crecimiento para el 2018, sin tomar en cuenta que en el horizonte se avizoran el Escila del precio de cobre y el Caribdis del precio de petróleo.
El cobre es el principal producto de exportación peruano, cuyo valor crece y se contrae al ritmo de la evolución del precio internacional del cobre. Existe una alta correlación entre el precio del cobre y el valor total de las exportaciones totales del Perú, según podemos ver en el Grafico 1.
Al igual que Chile, nuestro superávit o déficit comercial y fiscal dependen de la evolución del precio del cobre. Las proyecciones de la recaudación tributaria y por ende del nivel del déficit fiscal dependen en gran medida de los supuestos que las autoridades realizan sobre la evolución del precio del cobre.
Si para las exportaciones el factor más importante es el precio del cobre, para las importaciones el factor más importante es el precio del petróleo. Las importaciones de petróleo y derivados inciden significativamente en el valor total de nuestras importaciones y por lo tanto el precio del petróleo internacional está altamente correlacionado con el valor de las importaciones totales, como podemos observar en el Gráfico 2.
¿Cuáles son las expectativas para los precios del cobre y el petróleo para lo que resta del año? Lamentablemente no son muy buenas. La guerra comercial entre China y EUA desatada por el presidente Trump no tiene visos de acabar hasta después de las elecciones norteamericanas en noviembre próximo. Lo que es peor es que esta guerra puede extenderse a otras regiones del mundo. El efecto inmediato ha sido una caída de mas de 15% del precio del cobre en un mes. En el Gráfico 3 se presenta la evolución diaria reciente del precio del cobre y del petróleo. En el caso del cobre el precio en el último mes ha caído de los 3.30 US$ por libra a 2.77 dólares. En el caso del petróleo, el precio del barril ha aumentado de los 45 US$ a mediados del 2017 a casi 75 dólares por barril en la actualidad.
¿Cuál será el impacto de estos movimientos de precios para el Perú? De mantenerse o empeorar la caída de 15% del precio del cobre, el valor de las exportaciones de ese metal caería en similar porcentaje, con serios efectos en la recaudación tributaria que se manifestarán principalmente el próximo año. Esto traerá consigo un aumento del déficit fiscal y en consecuencia un aumento de la deuda pública.
Por otro lado, el aumento de los precios del petróleo continuará incrementando el valor de las importaciones totales, contribuyendo a reducir el actual superávit comercial. El efecto combinado de mayores precios de petróleo y menores precios de cobre revertirá, muy probablemente, la balanza comercial generando un déficit. Además, el aumento del precio del petróleo incidirá en una mayor inflación, sumándose al efecto del reciente aumento del impuesto selectivo al consumo.
Al impacto sobre la inflación del aumento del precio del petróleo debemos agregarle el impacto que tendrá sobre la inflación la anunciada paralización del transporte de gas por el gaseoducto de Camisea por 23 días (entre el 26 de julio y el 17 de agosto). La interrupción del suministro de gas producirá un incremento inusitado en los costos marginales de la generación eléctrica debido a que se tendrá que recurrir al empleo del diésel que es un insumo caro y contaminante. Se estima que muchas empresas se verán obligadas a comprar energía a un precio 5 veces superior al precio actual o a paralizar sus actividades por el periodo de restricción del suministro de gas. Algunas empresas dejarán de operar en esos días, lo cual tendrá efecto sobre el crecimiento del PBI.
¿Qué debería hacer el gobierno ante estas circunstancias? En lugar de celebrar las artificiales tasas de crecimiento de la recaudación y el crecimiento económico y revisar hacia arriba sus proyecciones económicas para este año, el gobierno debería considerar seriamente una reducción drástica de los gastos corrientes para este año y reformular el presupuesto para el 2019.
El gobierno de Chile ha anunciado una reducción de los gastos del presupuesto para adecuarse a la situación actual de la caída de precios del cobre. El gobierno de Vizcarra debería hacer lo mismo y no esperar que la buena fortuna resuelva la guerra comercial entre China y los EUA. Al mismo tiempo, debería tomar medidas para mitigar el impacto de la paralización del suministro del gas para minimizar la paralización de la actividad productiva durante el periodo de interrupción del gaseoducto de Camisea.