Fitch Ratings modificó su perspectiva sobre la calificación de Ecuador de ‘B-‘ a ‘negativa’. Esta decisión se basa en la incertidumbre política prolongada y el potencial de nuevos disturbios sociales después de la reciente disolución del Congreso por parte del presidente Guillermo Lasso. Se espera que estos eventos afecten negativamente la inversión y las perspectivas de crecimiento del país.
Según Fitch, los desafíos persistentes en la gobernabilidad y el debilitamiento de la estabilidad política continuarán obstaculizando los esfuerzos de Ecuador para recuperar el acceso al mercado. Además, estos factores podrían debilitar la trayectoria macroeconómica y fiscal del país en comparación con otros países con una calificación similar de ‘B’. Es importante destacar que la calificación crediticia de Standard & Poor’s para Ecuador se mantiene en B- con una perspectiva estable, mientras que la calificación de Moody’s se mantiene en Caa3 con una perspectiva estable.
La situación crediticia de Ecuador es crucial, ya que una calificación negativa puede tener implicaciones significativas en los costos de endeudamiento y la percepción de riesgo del país. Además, una perspectiva negativa podría dificultar las posibilidades de mejorar la calificación crediticia en el futuro cercano. El gobierno de Ecuador deberá abordar los desafíos políticos y sociales, fortalecer la estabilidad y trabajar en medidas económicas sólidas para mejorar la confianza de los inversionistas y promover un crecimiento sostenible.