En diciembre de 2023, el Índice de Gestión de Compras (PMI) manufacturero de EEUU, elaborado por S&P Global, experimentó una revisión a la baja, estableciéndose en 47,9 frente a una estimación preliminar de 48,2 y comparativamente menor al índice de 49,4 registrado en noviembre. Este descenso indica un deterioro progresivo en las condiciones del sector manufacturero. Este indicador es crucial, ya que un valor por debajo de 50 sugiere una contracción en la actividad del sector.
Detalles Clave: La producción continuó disminuyendo, y se observó una aceleración en la desaceleración de los nuevos pedidos. Esto refleja una debilidad tanto en la demanda interna como externa. Como respuesta, las empresas ajustaron sus actividades de compra y contratación de insumos. Además, se registró un incremento en la capacidad excedente, evidenciado por una disminución más rápida en los pedidos pendientes y la reducción de inventarios.
Información Adicional: El informe también destaca un incremento en las presiones inflacionarias, con un aumento en los costos a un ritmo más veloz, impulsado principalmente por los precios de los proveedores de metales y plásticos, así como por los mayores cargos de transporte. Paralelamente, los precios de venta registraron un aumento considerable, el más rápido desde abril. Sin embargo, la escasa demanda de los clientes ha llevado a una tercera caída mensual consecutiva en el empleo. A pesar de este panorama, la confianza empresarial ha alcanzado su nivel más alto en tres meses.
Análisis de las Implicancias: La disminución del PMI manufacturero en EEUU es un indicador significativo de los desafíos económicos que enfrenta el sector. La combinación de una demanda débil, tanto interna como externa, y el aumento en los costos de insumos, sugiere un entorno operativo complejo para las empresas manufactureras. Estos factores podrían llevar a una reducción en las inversiones y en la contratación, afectando el crecimiento económico en general. Además, el aumento en los precios de venta en un contexto de demanda débil podría exacerbar los desafíos en el mantenimiento de la rentabilidad y la gestión del flujo de caja. La situación actual requiere una monitorización cuidadosa, ya que podría tener implicancias más amplias para la economía de EEUU y, por extensión, para los mercados globales.