El consenso del mercado esperaba una inflación para julio de 8,7%; sin embargo, el dato sorprendió de manera positiva al ubicarse en 8,5%, una baja importante desde el máximo de más de 40 años de junio (9,1%). El IPC de energía aumentó 32,9%, luego de alcanzar un máximo de 42 años en junio (41,6%), principalmente debido a una gran desaceleración en los costos de la gasolina (44% frente a 59,9%), el fuel oil (75,6% frente a 98,5%) y el gas natural (30,5% vs 38,4%).
Mientras que los precios de la electricidad se aceleraron (15,2%, la mayor cantidad desde febrero de 2006). El costo también se desaceleró para los vehículos nuevos (10,4% frente al 11,4%) y las tarifas aéreas (27,7% frente al 34,1%), pero la inflación siguió subiendo para los alimentos (10,9%, el mayor aumento desde mayo de 1979, frente al 10,4%). En comparación con el mes anterior, el IPC se mantuvo sin cambios.