Todo inició cuando el Departamento de Trabajo informó que se registró un total de 264.000 solicitudes de beneficios por desempleo para la semana que finalizó el 6 de mayo, lo que representó un aumento drástico de 22.000 solicitudes en comparación con la semana anterior. Este dato superó todas las expectativas del mercado, que proyectaban un máximo de 242.000 solicitudes en los escenarios más pesimistas. Este incremento en las solicitudes de seguro de desempleo es un indicador importante que anticipa un aumento en la tasa de desocupación y alcanza su nivel más alto desde octubre de 2021.
Es importante destacar que, a pesar de que la tasa de desempleo ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, la tasa de ocupación aún no ha alcanzado los mismos niveles. A finales de abril, la proporción de personas empleadas con relación a la población fue del 60,4%, aún por debajo del 61,1% observado en febrero de 2020, antes de la pandemia. Estos datos reflejan la desaceleración significativa del mercado laboral. Además, el crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2023 fue de solo el 1,1% en comparación con el trimestre anterior, muy por debajo del crecimiento esperado del 2,3%. Las previsiones indican que el PIB podría crecer solo un 0,2% en el segundo trimestre y se prevé la posibilidad de una recesión en el tercer trimestre.
La economía de EEUU se enfrenta a dos crisis simultáneas: una creciente desconfianza en el sistema bancario y una crisis fiscal en las finanzas públicas. El colapso de empresas en el sector tecnológico, como Silicon Valley, ha generado un efecto contagio en otros grandes bancos, como Signature Bank y First Republic, además de una fuerte retirada de fondos en los principales bancos regionales del país. Todo esto conlleva un costo fiscal considerable para el seguro de depósitos federal. Por otro lado, la política fiscal del presidente Joe Biden ha llevado a un aumento significativo del déficit fiscal desde agosto del año pasado, principalmente debido al rescate de préstamos estudiantiles. El déficit anual se acerca a los 2 billones de dólares y el gobierno se ve obligado a negociar con la oposición para aumentar el techo de deuda pública. Estas situaciones plantean preocupaciones sobre la estabilidad económica y financiera a corto plazo.