La tasa de inflación anual en Estados Unidos se aceleró por segundo mes consecutivo, alcanzando el 3,7% en agosto, en comparación con el 3,2% en julio. Este aumento superó las expectativas del mercado, que anticipaban una tasa del 3,6%. La subida en los precios del petróleo en los dos meses anteriores y los efectos de base del año pasado han sido factores clave en este incremento.
En julio de 2023, el costo de la energía cayó un 3,6%, mucho menos que la caída del 12,5% en el mismo mes del año anterior. Los precios también disminuyeron a un ritmo menor para el fueloil y la gasolina. Además, el costo de los servicios de transporte aumentó más, registrando un incremento del 10,3% en comparación con el 9% anterior. Sin embargo, la inflación se desaceleró en varias áreas, incluidos los precios de la electricidad, alimentos, vivienda, vehículos nuevos y prendas de vestir. También se observaron disminuciones más rápidas en los costos del servicio público de gas, servicios médicos y automóviles y camiones usados.
La tasa de inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se desaceleró por quinto mes consecutivo hasta el 4,3%, en línea con las expectativas del mercado. Este dato podría ser un indicador de que, aunque la inflación general está aumentando, los factores subyacentes muestran cierta estabilidad. Es crucial observar cómo estos cambios en la inflación podrían afectar las políticas monetarias y fiscales en el futuro cercano, especialmente en un contexto económico global incierto.