El avance de las exportaciones de China

¿Por qué las exportaciones chinas crecen tanto?

En lo que va de 2024, el superávit comercial de los últimos 12 meses de China ha aumentado de 600,000 millones de dólares en 2023 a 1’000,000 de millones de dólares (ver Gráfico 1), superando los superávits históricos combinados de Japón y Alemania. El superávit de China en un mes es de 90,000 millones de dólares equivalentes a 2 veces el superávit del Perú de todo un año.

A pesar de enfrentar problemas en el sector inmobiliario, el desempleo juvenil y el consumo, las exportaciones de China han crecido significativamente, particularmente a los mercados emergentes. Las inversiones en proyectos como la Ruta de la Seda y el puerto de Chancay vienen expandiendo las exportaciones chinas más allá de los países industrializados, y China ahora comercia más con los países emergentes que con los Estados Unidos.

El superávit comercial de China se ha convertido en un importante factor positivo en su crecimiento económico, a pesar de los desafíos del mercado interno. En particular, las exportaciones de China a los mercados emergentes ahora igualan a las de los mercados desarrollados como Europa Occidental y América del Norte (ver Gráfico 2).

Un tema clave es como la China viene utilizando los excedentes de su superávit comercial. Hace quince años, los superávits comerciales de China se invertían en bonos del Tesoro de Estados Unidos y como consecuencia las reservas internacionales de China (RIN) crecían a buen ritmo (ver Gráfico 3).  Sin embargo, a partir de 2015, las RIN se han estancado y las tenencias de bonos disminuido.

Si las RIN de China no aumentan y se están desprendiendo de los bonos de tesoro, ¿adónde se están invirtiendo los excedentes de la balanza comercial? Lo más probable que estos superávits se inviertan en las principales acciones tecnológicas de EE. UU., como Apple, Microsoft, Amazon y Nvidia a través de fondos de inversión que no figuran en las RIN y en proyectos alrededor del mundo como en el puerto de Chancay.

Este cambio indica una mudanza en la gestión de China de su superávit comercial, lo que viene impactando en los mercados mundiales y contribuye a la fortaleza del dólar estadounidense. La pregunta clave es si el superávit mensual de 90.000 millones de dólares se seguirá invirtiendo en estas acciones tecnológicas o se trasladará a otros activos alrededor del mundo.

Si bien las tenencias de oro han aumentado, estas no explican el estancamiento de las RIN. Otra explicación podría ser que el superávit comercial de China, que en su mayoría se liquidaba en dólares estadounidenses, ahora se liquida en renminbis. Este cambio se vio acelerado por la exclusión de Rusia del sistema del dólar, lo que llevó a Rusia a comerciar con China en renminbi. Este cambio ha beneficiado a China, permitiéndole pagar las materias primas en su propia moneda, fortaleciendo su posición económica. A pesar de las caídas en sus mercados bursátil e inmobiliario, la economía china se ha mantenido estable, y el gasto de los consumidores ha alcanzado máximos históricos. Esto contrasta con Estados Unidos, donde caídas en esos mercados tendrían un impacto negativo mayor, debido a la naturaleza altamente capitalizada de su economía.

En China, solo el 10% de la población posee acciones, en comparación con el 70% en Estados Unidos. Esto significa que una caída significativa del mercado bursátil afecta a menos personas en China que en Estados Unidos, donde una caída de 40% en el mercado bursátil afectaría severamente a la economía, debido a su alto nivel de capitalización. Por el contrario, en China, una caída similar no desencadena la intervención del gobierno porque afecta a una porción más pequeña de la población, y las empresas no dependen en gran medida de los mercados de valores para financiarse.

China ha cambiado su enfoque comercial de los mercados desarrollados como Estados Unidos a los mercados emergentes, reduciendo su dependencia de un solo país. Esta diversificación ha hecho que China sea más resistente. En 2008, la fuerte dependencia de China de EE. UU. significó que los problemas económicos en EE. UU. afectaron significativamente a China. Ahora, China comercia con muchos países, mitigando este riesgo.

A pesar de la depresión del sector inmobiliario, que llevó a la quiebra de muchos promotores inmobiliarios, la economía de China no colapsó. En cambio, experimentó aumentos significativos de la productividad en la manufactura. En los últimos cinco años, China se ha convertido en el mayor exportador mundial de automóviles, paneles solares, turbinas y otros equipos, especialmente a los mercados emergentes.

La economía de China ha pasado rápidamente de estar centrada en el sector inmobiliario a estar impulsada por la exportación. Este cambio subraya la adaptabilidad y la rápida transformación económica de China. El entorno competitivo en China obliga a los empresarios a innovar rápidamente, a diferencia del ritmo más lento de cambio en las economías occidentales.

Con respecto al argumento de los europeos y norteamericanos de que China subsidia fuertemente su industria automotriz para producir bienes más baratos, es importante entender cómo funcionan estos subsidios. Si bien es cierto que China proporciona subsidios sustanciales, vale la pena señalar que Tesla también dependió de subsidios significativos durante su primera década. Los nuevos autos eléctricos e híbridos chinos son vehículos de alta calidad, no solo imitaciones baratas.

En Estados Unidos y Europa, los subsidios están focalizados y a menudo resultan en productos caros como un Tesla de 70.000 dólares, lo que enriquece a un pequeño grupo de empresas. En China, el sistema de subsidios funciona de manera diferente. Las autoridades centrales establecen objetivos amplios, como la promoción de los vehículos eléctricos, y los funcionarios locales se esfuerzan por cumplir estos objetivos para avanzar en sus carreras. Esto lleva a que se ordene a los bancos provinciales que presten a las empresas automotrices, lo que da lugar a que numerosas empresas bien financiadas compitan intensamente. Este escenario significa que solo unos pocos sobrevivirán, pero los que lo hacen producen autos asequibles y de alta calidad.

A diferencia de Occidente, donde los subsidios son más específicos, el enfoque de China da como resultado un mercado altamente competitivo donde muchas empresas compiten por el éxito. Esto ha llevado a la producción de automóviles de menos de 10.000 dólares y a un mercado de automóviles en auge, ahora el más grande del mundo.

La economía y la estructura gubernamental de China promueven la competencia más que la de Estados Unidos, lo que beneficia a la clase media. En Estados Unidos, muchos sectores carecen de competencia, lo que lleva a precios más altos y menos quiebras. Desde la crisis financiera de 2008, Estados Unidos ha evitado dejar que las empresas quiebren utilizando medidas como bajos costos de capital, subsidios y déficits presupuestarios. Esto contrasta con China, donde la intensa competencia y la posibilidad de bancarrota impulsan la innovación y los precios más bajos.