El caos del tránsito y la mala calidad del transporte público en Lima, se solucionará sólo aplicando una re ingeniería a la institucionalidad. Dada la complejidad de su solución debemos iniciar un debate alturado en el que participemos todos.
Según las normas, cuando se presenta una continuidad urbana, los municipios deben ponerse de acuerdo para tratar la problemática del transporte. Las gestiones de ambas municipalidades nos muestran que ello es imposible. Lo técnico es, una gestión unificada que planifique el desarrollo urbano y el transporte en forma integral.
Las municipalidades no tienen la capacidad de gestión ni cuentan con los recursos económicos para ejecutar las obras que la metrópoli requiere. Se están aplicando conceptos que considero errados, que sólo contribuyen a la precariedad de la institucionalidad para la actividad económica del transporte y a la atomización de su administración.
Se requiere crear una Autoridad para tener una gestión unificada de la metrópoli, cuyas competencias serían: i) planificación de la infraestructura vial, ii) opinión vinculante sobre desarrollo urbano de la metrópoli, iii) ejecución de proyectos de infraestructura vial, iv) mantenimiento de la infraestructura, v) gestión de la semaforización e informe sobre situación del tráfico, vi) función normativa complementaria a la nacional, vii) diseño e implementación del sistema integrado de transportes, viii) otorga concesiones de rutas de medios de transporte, ix) aprueba líneas del Metro, x) administra el sistema tarifario, regulando las tarifas, xi) administra la central de recaudación para todos los modos de transportes, y xii) regula y autoriza servicio de taxis.
Dicha Autoridad tendría características diferentes a lo que estamos acostumbrados: i) organismo técnico con personal idóneo, competente y probo, ii) sin injerencia política, iii) estabilidad de funcionarios, iv) miembros del Consejo Directivo con período de vigencia y cambio de uno sólo en cada año, v) representantes del Gobierno Central y Locales, solo para designar a miembros del Consejo Directivo a través de concursos públicos transparentes y vi) apoyo económico del Gobierno Central para las inversiones.
Se necesita hacer un punto de inflexión para cambiar la ineptitud y la corrupción por el de la eficacia, la eficiencia y la honradez. Comencemos a crear entidades públicas competentes con la participación de la sociedad civil y mantenerlas en el nivel que la ciudad requiere. Sin dicha Autoridad cualquier reforma del transporte en Lima no sería sostenible.