La aprobada reforma tributaria, con la cual el Gobierno espera recaudar cerca de US$8.300 millones adicionales, es un señal de estabilidad para la economía chilena que está atravesando por un período de desaceleración, indicó el ministro de Hacienda, Alberto Arenas. La modificación más relevante de esta reforma es una subida del impuesto a las utilidades de las grandes empresas del 20% al 27%, además de la eliminación del Fondo de Utilidad Tributaria, un mecanismo que permitía a las compañías tributar sólo por las ganancias retiradas y no por las reinvertidas.
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