La empresa constructora generó una demanda por sus acciones cinco veces superior a la oferta y terminó obteniendo US$ 413 millones que podrían ampliarse en US$ 62 millones.
José Graña Miró Quesada, presidente de la compañía, señaló que aproximadamente el 60% de los recursos netos serán invertidos en proyectos de infraestructura, 10% en adquisiciones de terrenos para el área inmobiliaria, 20% para potenciales adquisiciones, y el remanente para otros usos corporativos.
La alta demanda por los títulos de Graña y Montero implican que el Perú sigue siendo visto como atractivo por los inversionistas, pues se ha producido en momentos en que la mayor parte de capitalistas busca salir de los mercados emergentes.
El crecimiento de la demanda interna y en especial las altas tasas que exhibe el sector construcción (algo moderadas este año) y sus perspectivas a futuro, han atraído a los inversionistas.
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