En el Perú, los titulares de derechos de uso de agua no residencial (licencias y permisos) pagan una ‘retribución económica’ y una ‘tarifa’. La primera, financia los costos de la gestión (integrada) del agua, así como la gestión institucional del Consejo de Recursos Hídricos de Cuenca, que se ocupa de la recuperación o remediación del recurso hídrico y los daños ambientales que produzcan los vertimientos; mientras que la segunda, financia los costos de operación, mantenimiento, rehabilitación, mejoramiento y reposición de la infraestructura existente y de nueva infraestructura, a cargo de los operadores de infraestructura hidráulica (Junta de Usuarios/privados y Proyectos Especiales/gubernamentales).
Para mejorar la gestión de los recursos hídricos, aplicando el enfoque de gestión integrada, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) se ha propuesto lograr la autosostenibilidad financiera mediante el incremento progresivo de la ‘retribución económica’, buscando que los ingresos que ésta fuente de ingresos genere se orienten a la conservación y protección de las fuentes naturales; así como también busca establecer una estructura tarifaria que garantice la sostenibilidad de los servicios de operación y mantenimiento, así como el desarrollo de infraestructura hidráulica que desarrollan sus operadores. Sin embargo, lo que se percibe más auspicioso en la política del ANA, es que además buscará promover mecanismos de financiamiento para la gestión institucional de Consejos de Recursos Hídricos de Cuenca, así como el desarrollo de mecanismos de financiamiento para la implementación de Planes de Gestión de Recursos Hídricos en las Cuencas. Los nuevos instrumentos financieros que se generen bajo la implementación de esta política permitirán el desarrollo de un mercado de financiamiento del agua que permitirá su despegue en beneficio del país y de los usuarios del agua.
El mercado de financiamiento del agua que se desarrolle a mediano plazo, también podrá aprovechar el financiamiento que se requiere para poner en valor el importante potencial que ofrecen las fuentes naturales de agua que tiene el Perú proveniente de glaciares, lagos, lagunas, humedales, ríos y acuíferos, entre otros. Asimismo, el mercado financiero también podrá aprovechar el desarrollo de nuevas alternativas de producción de agua, como la desalinización de aguas de mar, el manejo de neblinas y el tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, hoy en día las grandes oportunidades para el sector privado no están solamente focalizadas en servicios vinculados con el usuario final, como la búsqueda de eficiencia mediante tecnologías de gestión e información, sino también en generar infraestructura hidráulica que pueda servir para aprovechar el potencial hídrico, como es el caso de presas de captación y regulación, represamientos y canales de distribución mayor y menor. El repago de dichas inversiones puede hacerse con recursos soportados en sistemas tarifarios que incentiven el uso en condiciones ganar-ganar para inversionistas y usuarios.