Según el gobierno brasileño, tras siete meses de investigación de las autoridades peruanas, el gigante sudamericano consiguió comprobar que sus exportaciones hacia Perú no perjudicaron a los productores peruanos de textiles y confecciones. Esto se dio tras concluir que no existían condiciones técnicas para la adopción de salvaguardas según el MEF y el Ministerio de Relaciones Exteriores. La discusión peruana de colocar restricciones habría provocado un impacto negativo en las exportaciones brasileñas sumando el valor de 3,3 millones de dólares que incluían confecciones y productos de cama, mesa y baño en 2019. Asimismo, dicha posición salió en defensa de sus exportadores sumando manifestaciones de otros países contra la aplicación de las medidas. Por otro lado, Indecopi presentó un informe a la Comisión Multisectorial del Ejecutivo (MEF, Mincetur y Produce) recomendando la aplicación de salvaguardas temporales por 200 días a importación de prendas de China y Bangladesh. Sin embargo, el Ejecutivo planteó una tasa arancelaria mínima de 20% alegando la no existencia de casuales directos hacia a la producción local por parte de las importaciones.
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