Inteligencia Artificial y Productividad

Los economistas estamos inmersos en un debate sobre el futuro de la economía global. Este año hemos sido testigos del fuerte crecimiento del valor de las acciones de empresas tecnológicas, impulsadas por la explosión de la Inteligencia Artificial (AI por sus siglas en inglés). Estamos ante una verdadera disrupción tecnológica y  la AI viene siendo considerada tanto un héroe como un villano en el mundo empresarial. Por un lado, se le atribuye la capacidad de mejorar la eficiencia y productividad de las empresas, así como de generar nuevas oportunidades de negocios. Sin embargo, también se plantean preocupaciones sobre su impacto en el empleo y la privacidad de la información.

Todo este tecno optimismo se basa en la creencia profundamente arraigada en el “efecto arrastre de la productividad”, que supone que el cambio tecnológico, incluyendo la automatización y la AI, impulsa una mayor productividad, lo que eleva los salarios netos y genera una mayor prosperidad para todos. Sin embargo esto no es necesariamente cierto, como lo hizo ver el el economista Robert Solow (premio nobel fallecido esta semana), con su famosa paradoja de que  “Se puede ver la era de la informática en todas partes menos en las estadísticas de productividad”. Esa paradoja puede llegar a ser más extrema, ya que todo el mundo parece querer impresionar a sus amigos con la AI, por ejemplo utilizando ChatGPT, pero está por verse aún que las empresas sean más productivas por su mayor uso de la AI.

Contrariamente a la creencia popular, el crecimiento de la productividad no tiene por qué traducirse en una mayor demanda de trabajadores. Lo que ocurre es todo lo contrario porque la definición estándar de productividad laboral es “producción promedio por trabajador”, es decir, la producción total dividida por el empleo total. Por ello, una mayor productividad conduce a que se requieran menos trabajadores para lograr la misma producción u obtener una mayor producción sin aumentar el número de trabajadores. Por ello es infundada la esperanza  de que, a medida que crezca la producción por trabajador, también aumente la disposición de las empresas a contratar más personas.

Los empleadores no contratan más personas en función de la producción promedio por trabajador. Más bien, lo que importa a las empresas es la productividad marginal, es decir, la contribución que aporta un trabajador adicional a aumentar la producción o a atender a más clientes. La noción de productividad marginal es distinta de la producción promedio por trabajador. Es posible que la producción por trabajador aumente mientras que la productividad marginal se mantiene constante o incluso pueda disminuir.

Muchas nuevas tecnologías, como los robots industriales, amplían el conjunto de tareas realizadas por máquinas y algoritmos, desplazando a los trabajadores. La automatización aumenta la productividad media, pero no aumenta, y de hecho puede reducir, la productividad marginal de los trabajadores. En las últimas cuatro décadas, la automatización ha aumentado la productividad y multiplicado los beneficios empresariales, pero no ha conducido a una prosperidad para todos.

Reemplazar a los trabajadores por máquinas no es la única forma de mejorar la eficiencia económica, y la historia lo ha demostrado. En lugar de automatizar el trabajo, algunas innovaciones aumentan la contribución de los trabajadores a la producción. Un ejemplo son las nuevas herramientas de software que permiten aumentar la productividad marginal de los trabajadores. Esto es completamente diferente a instalar robots industriales con el objetivo de reemplazar personas. La priorización de la generación de empleo es compatible con la mejora de la eficiencia económica. Nuestras autoridades no parecen entender esta situación. La inflexibilidad del mercado de trabajo, los sobrecostos laborales, la inseguridad jurídica y la competencia desleal de productos importados contribuyen a que los empleadores remplacen a sus trabajadores por robots, recurran a importaciones subvaluadas y disminuyan la demanda de nuevos empleos formales.

¿Cuál es la situación en el Perú?   En el Gráfico 1 se presenta la evolución anual de las importaciones como porcentaje de la producción nacional del sector textil (hiladura, tejedura, confección) y del sector calzado (cuero y no cuero) para el periodo 2007 – 2022. Observamos que a nivel nacional el monto de importaciones como porcentaje de la producción nacional (línea en rojo punteada) se ha mantenido alrededor del 15%. Sin embargo el porcentaje de las importaciones de bienes de hiladura, tejedura y confección del sector textil  ha crecido de un promedio de 10% en 2007 a más de 40% de su producción nacional.

En el caso del sector de calzado la situación es dramática. La participación ha pasado de 35% en 2007 a 160% en el 2022. Es decir en el 2022 se importó 1.6 veces más que lo que se produjo localmente. Esta situación se debe en gran medida al circulo vicioso de baja productividad laboral promedio que incide sobre la reducción de la productividad marginal en estos sectores.

En el Gráfico 2 se presenta la evolución de la productividad laboral promedio de los sectores antes mencionados. Observamos que la productividad laboral a nivel de la economía total se ha estancado desde el 2016. En los sectores textiles y calzado se observa un comportamiento diferenciado antes y después de la pandemia. Antes de la pandemia las actividades del sector textil venían disminuyendo su productividad mientras que el sector calzado la venia aumentando. Esta situación cambió con la pandemia. Las actividades del sector textil (especialmente la actividad de confección) han venido aumentando su productividad mientras que el sector calzado no se repone de las caídas en productividad originadas por la pandemia y la invasión de importaciones subvaluadas.

¿Cómo afecta la invasión de importaciones subvaluadas (especialmente en calzado) la productividad de estos sectores? El mayor impacto es en el nivel de informalidad laboral. Las empresas grandes recurren a una mayor automatización de sus actividades, propiciando que los trabajadores desplazados entren al mercado informal. El aumento de la informalidad laboral hace que la productividad laboral promedio sea menor y como consecuencia se inicie un ciclo vicioso de más importaciones, más informalidad, menos productividad y, consecuentemente, más importaciones.

En el Gráfico 3 se presenta la evolución de la informalidad laboral para los sectores mencionados. Observamos que la actividad de hiladura tiene el nivel de informalidad más bajo (inclusive más bajo que el promedio de la economía total). Esta situación es consecuencia del nivel de automatización alcanzado por esta actividad y el grado de concentración empresarial.  Algo similar, aunque en menor grado, ocurre con la actividad de tejedura. En el caso del sector calzado y la actividad de confección ocurre lo contrario. Los niveles de informalidad en estos sectores se encuentran por encima de los niveles de informalidad de la economía total y en el caso del sector calzado supera el 90% de informalidad.

¿Como nos afectará la irrupción de la inteligencia artificial? La pregunta crítica de la nueva era de la AI es si esta tecnología acelerará principalmente la tendencia existente de automatización que incide en el desplazamiento de empleo formal, particularmente de los trabajadores sin educación universitaria, o si, en cambio, permitirá el incremento de la productividad de los empleos existentes y  la introducción de nuevas tareas complementarias para trabajadores con habilidades diversas y una amplia gama de antecedentes educativos.

Es inevitable que los sistemas de IA se utilicen en automatización. Una barrera importante para la automatización de muchas tareas de servicio y producción ha sido que requieren flexibilidad, juicio y sentido común, que estaban notablemente ausentes de las formas de automatización anteriores a la AI. La inteligencia artificial, especialmente la AI generativa, puede eventualmente superar esas barreras . Lo importante es que las autoridades eliminen las barreras a la generación de empleo formal flexibilizando el mercado laboral, eliminando los sobre costos laborales, adecuando la tributación a la generación de empleo, combatiendo la subvaluación abusiva de las importaciones y eliminando la inseguridad jurídica. En todo caso habría que esperar que la AI ayude a las autoridades a encontrar formas de eliminar todas estas barreras a la generación de empleo formal.