La intención de actuar sobre la pesca artesanal para fortalecerla, es una constante de larga data que se repite gobierno tras gobierno, año tras año. Pero sin evaluar que las competencias de los Gobiernos Regionales y el Ministerio de la Producción aún se mantienen en un estado poco claro y escasamente evaluado, la voluntad de introducir mejoras se debilita. Hay competencias no transferidas aún y hay desembarcaderos pesqueros que no han sido entregados a los GOREs.
Para desarrollar efectivamente acciones que conduzcan a mejorar la pesca artesanal, la primera cosa por hacer debiera ser evaluar las ventajas, desventajas, conveniencias, fortalezas y debilidades de mantener un sistema administrativo y regulatorio en cual coexisten dos niveles de autoridad: el gobierno central y el gobierno regional. Sobre todo porque cada gobierno regional tiene su propia realidad y problemática y porque las embarcaciones pueden desplazarse de una región a otra.
Se debe analizar qué funciones y competencias han sido trasladadas a los gobiernos regionales y cuáles permanecen en Produce, a la fecha; pero también debe evaluarse los resultados de las transferencias de competencias ya efectuadas y su impacto sobre el sector artesanal en términos prácticos y reales.
La problemática de la pesca artesanal y de la alimentación nacional están indiscutiblemente ligadas y merecen la mejor atención posible debido a las necesidades alimentarias de la población.
Considerando que es posible anticipar que los tiempos inmediatos que se vislumbran se presentan, aparentemente calmados y libres de conflictos con la industria, sería el momento de concentrar esfuerzos en abordar debidamente la problemática de la pesca artesanal.