Los Precios Relativos y la Inflación

La percepción ciudadana de la inflación varía dependiendo de su perfil de consumo. Para las amas de casa, su percepción de la inflación puede basarse en los precios de los alimentos.  Para los transportistas lo relevante sería el precio de los combustibles. Los agricultores podrían asociar la inflación con grandes movimientos en los precios de los fertilizantes.

Para los economistas y para el BCRP, la inflación se define como la tasa promedio de cambio de precios, para todos los consumidores y sobre todos los bienes y servicios. Sin embargo, a menudo  la inflación de algunos bienes como, por ejemplo, los alimentos o la energía, difiere significativamente de la inflación promedio medida expresada en el  Índice de Precios al Consumidor (IPC). Estas diferencias en la variación de pecios de distintos bienes o servicios generan cambios en la relación entre los precios de ellos, generando lo que se conoce como “cambios en los precios relativos”. Al ser el IPC un índice que mide el promedio de los cambios de precios, siempre habrán bienes o servicios cuya inflación esté  por encima del IPC y otros cuyos precios aumenten menos que el IPC.

La política monetaria del BCRP apunta a controlar la inflación del IPC (inflación promedio) dentro del rango meta (entre 2 y 3% anual) y, para ello, la liquidez monetaria debe crecer en la misma proporción que el crecimiento del PBI nominal.  El público, por supuesto, usa el dinero para realizar sus transacciones diarias, y su demanda de dinero generalmente se expande a medida que la economía crece. Si la demanda pública de dinero crece a, digamos, 3 por ciento por año, pero el banco central permite que la liquidez crezca 5 por ciento, entonces todos los precios y salarios eventualmente aumentarán, en promedio,  2 por ciento por año. Los precios seguirán subiendo mientras continúe la disparidad entre la oferta y la demanda de dinero.

La política monetaria no tiene efecto directo sobre las diferencias que se generan en los precios relativos. Estas diferencias se deben mas a choques de oferta o demanda, como ocurre, por ejemplo, cuando se da  un aumento o disminución repentina del precio del petróleo, un incremento desmesurado en los fletes marítimos  o el aumento de los precios de trigo y el maíz debido a o consecuencia de la guerra en Ucrania.

¿La distorsión de los precios relativos tiene impacto en la inflación promedio?  Si, pero normalmente su efecto es transitorio, hasta que se restablezca el equilibrio de la oferta y la demanda del bien o servicio. Sin embargo, la evidencia estadística demuestra que cuando se da una distorsión de precios relativos en un escenario de inflación superior al 4%, esta distorsión puede realimentar la inflación promedio y generar una espiral inflacionaria que requiere medidas severas en la política monetaria (significativos aumentos en la tasa de interés de referencia) que pueden conducir a una recesión.

¿Cuál es la situación en el Perú?  La antitécnica cuarentena aplicada por el gobierno de Vizcarra forzó al BCRP a adoptar medidas heterodoxas que inundaron de liquidez a la economía y llevaron a las tasas de interés de referencia a niveles cercanos a cero, creando las condiciones para un brote inflacionario. En estas condiciones, el aumento de los fletes marítimos y el aumento del petróleo fueron los detonantes de la aceleración inflacionaria. Llovió sobre mojado. El BCRP tardó en reaccionar, dando lugar a un escenario de alta inflación y severa distorsión de precios relativos.

En el Gráfico 1 se presenta la evolución de los precios relativos de los principales componentes del IPC. Los tres componentes cuya variación anual se encuentra por encima de la variación del IPC son Alimentos, Hogar y Electricidad y Transporte, que son justamente los componentes que se han visto afectados por los choques externos.

¿Cuál será el impacto de la distorsión de precios relativos en la inflación futura? Aunque no existe una cuantificación exacta del impacto de la distorsión de los precios relativos en la inflación del Perú, hemos utilizado la experiencia en otros países para implementar un modelo de auto regresión (VAR) de los 12 componentes del IPC. El modelo incorpora los precios relativos de los 12 componentes del IPC, el impacto de los precios del petróleo, el tipo de cambio y la tasa de interés referencial.

El supuesto principal del modelo es que la variación de los precios de los 12 componentes tiende a alinearse con la variación del IPC total. Adicionalmente hemos supuesto que el precio del petróleo se mantiene alrededor de 110 dólares por  barril y el tipo de cambio a fin de año llega a 3.80 soles por dólar.

Hemos simulado tres escenarios para la tasa de interés referencia del BCRP: (i) la tasa se mantiene en los actuales niveles (5.5%); (ii) la tasa continúa incrementándose en 0.5 puntos porcentuales por mes hasta diciembre 2022; y (iii) se acelera el incremento de la tasa a 0.75 puntos porcentuales por mes.

Los resultados de los tres escenarios se muestran en el Gráfico 2. Observamos que dejar de aumentar la tasa referencial de interés a partir de julio (escenario 1) sería contraproducente ya que la inflación experimentaría un rebrote a partir del mes de agosto. Continuar aumentando 0.5 puntos porcentuales (escenario 2) no impediría el rebrote inflacionario a partir de octubre, aunque en niveles inferiores al escenario 1. Si el BCRP aumentara su tasa en 0.75 puntos porcentuales (escenario 3) impediría el rebrote inflacionario y se iniciaría una lenta reducción de la inflación hacia fines del 2022.

Los resultados de la simulación nos indican que la actual política monetaria del BCRP es insuficiente para controlar la inflación en lo que resta del año. La grave distorsión de precios relativos aunada a los errores de la política fiscal de insistir en el otorgamiento de bonos y subsidios dificulta la labor del BCRP. El peligro de incurrir en una espiral inflacionaria es grande si el tipo de cambio comienza a deslizarse como viene sucediendo en Chile y Colombia.