La administración del presidente Lula da Silva en Brasil está avanzando con una propuesta de reforma tributaria que busca unificar las alícuotas de los impuestos internos sobre las ventas en un solo Impuesto al Valor Agregado (IVA) general del 25%. Esta tasa, de ser aprobada, sería la más alta de América, y ya ha obtenido media sanción en la Cámara de Diputados de Brasil.
Desde la llegada al poder de Lula da Silva, las políticas socialistas han tenido un impacto significativo en la economía brasileña. Una de las primeras medidas adoptadas por su administración fue el levantamiento del techo de gastos que habían establecido los expresidentes Temer y Bolsonaro. Esta decisión permitió al Gobierno aumentar el gasto público en al menos 145.000 millones de reales (US$ 28.000 millones) para el año fiscal 2023. Como resultado, las finanzas públicas se desequilibraron, registrando por primera vez en 13 meses un déficit primario.
La propuesta de reforma tributaria de Lula da Silva para 2024 busca obtener los recursos necesarios para continuar elevando el techo legal de gastos. Sin embargo, esta nueva regla fiscal, denominada «calabozo fiscal», solo se aplicará a partir de 2024 y limitará la expansión del gasto público a la evolución de la recaudación tributaria. Dado que la recaudación no tiene restricciones efectivas, el tope legal del gasto público aumentará cada vez que el Gobierno logre incrementar la recaudación federal. Esta situación podría llevar a un crecimiento del sector público en detrimento de la iniciativa privada y la inversión productiva. Es evidente que la administración actual está tomando medidas audaces en materia fiscal, y será crucial observar cómo estas decisiones afectarán la economía brasileña en el futuro.