El Fenómeno de El Niño ha desencadenado una situación alarmante en Perú, donde más de 2 millones de ciudadanos enfrentan riesgos significativos debido a las intensas lluvias. El general Ricardo Pajares, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), ha subrayado la gravedad de la situación, advirtiendo sobre el incremento en la recurrencia y magnitud de las precipitaciones en diversas regiones del país. Estas lluvias, que comenzaron el 1 de septiembre, afectan principalmente a la sierra norte, centro, sur y la selva peruana.
El COEN, en colaboración con el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), ha publicado un escenario de riesgo que revela la vulnerabilidad de aproximadamente 16 mil centros poblados a riesgos muy altos y 14 mil centros poblados a riesgos altos. Esto implica que cerca de 2.8 millones de personas están expuestas a peligros como huaicos, deslizamientos, derrumbes y activación de quebradas. Además, se han emitido recomendaciones específicas para la población, enfatizando la importancia de preparar mochilas de emergencia y planes de evacuación.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha pronosticado acumulaciones de lluvia significativas para el 22 de noviembre, alcanzando cerca de 45 mm/día en la selva norte, alrededor de 60 mm/día en la selva centro y más de 55 mm/día en la selva sur. Los departamentos más afectados incluyen Amazonas, Ayacucho, Cusco, Huánuco y Junín. Además, para el 23 de noviembre, se espera que las lluvias de moderada a extrema intensidad persistan, afectando a 47 provincias de 11 regiones, acompañadas de descargas eléctricas y ráfagas de viento superiores a 45 kilómetros por hora.
Esta situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de Perú frente a fenómenos climáticos extremos y la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de gestión de riesgos y desastres. La magnitud del impacto potencial sobre millones de peruanos requiere una respuesta coordinada y eficaz de las autoridades y la comunidad internacional. Además, resalta la importancia de la preparación y la educación en la gestión de emergencias para mitigar los efectos de estos desastres naturales. La situación en Perú es un claro ejemplo de cómo el cambio climático puede exacerbar los riesgos y desafíos para las sociedades vulnerables.