Publicado en el Diario el Peruano, miércoles 12 de noviembre 2014, pagina 16
Gracias a una beca estatal, se pudo formar como especialista en relaciones comerciales con los países asiáticos.
Perfil.
Es catedrático en la facultad de Economía de la Universidad San Marcos desde 1996 y es experto en relaciones comerciales con los países asiáticos y, además, un promotor de la participación del Perú en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. Para él, este acercamiento constituye una ventana de oportunidades para el país.
Su pasión por la economía asiática la fue gestando de a poco. El afán por conocer un país que nunca fue colonizado, como Japón, le abrió las puertas para acercarse a la cultura asiática y ser el especialista de hoy en día sobre los tratados comerciales que tiene nuestro país con los tigres de ese continente. Hijo de un destacado periodista y una obstetriz, heredó de ellos la curiosidad y la capacidad de trabajo. Los caminos que recorrió desde entonces nunca lo alejaron del Lejano Oriente, a la que debe su vida y profesión
Carlos Aquino Rodríguez es actualmente profesor de Teoría del Comercio Internacional en la Facultad de Economía de la Universidad San Marcos. Además, enseña Política Comercial, Integración Económica y dicta un seminario de Economía Asiática. También ejerce la función de director del Instituto de Investigaciones Económicas de la misma casa de estudios.
“Queremos formar especialistas en economía asiática porque en el Perú no tenemos expertos. Ya enviamos a tres estudiantes a hacer sus maestrías a Taiwán, y uno de ellos estudia un doctorado en China. Imagínese, regresará en cuatro años hablando perfectamente chino. En estos momentos investigamos sobre la migración de peruanos a Japón y el impacto económico que tiene esa relación en nuestro país”.
Cambio de vida
Asia llegó a su vida, sin convocarlo. Su inquietud intelectual lo motivó a buscar becas para estudiar fuera del país al culminar su carrera de economista. Andaba frustrado porque en casi todas pedían como requisito saber inglés perfectamente, exigencia que él no cumplía. Hasta que una mañana observó un papel solitario pegado en la pared del entonces Instituto Nacional de Becas (Inabec).
“Leí que había una beca a Japón y que podía postular a ella con solo conocer el nivel intermedio del inglés”. La decisión de solicitarla cambió su vida. No solo porque aprendió japonés, y luego de algunos años se convertiría en el único traductor oficial del idioma, sino porque gracias al apoyo de un profesor japonés y su esfuerzo culminó la maestría en la universidad de Kobe, una de las más prestigiadas del país oriental.
Esta experiencia inicial le abrió las puertas del conocimiento, pues no solo descubrió la cultura japonesa mediante el aprendizaje de su escritura, que es a base de ideogramas, sino también porque entendió que los orígenes de cualquier país asiático se vincula a China. Este enorme país, al que estudia desde 1985 y hoy representa un tercio de la economía mundial, fue potencia económica en el mundo del siglo II al siglo XVIII.
“China no solo le puede dar oportunidades económicas importantes al Perú. También puede compartir su experiencia de Estado eficiente, a donde ingresan los mejores profesionales. Ser funcionario público es lo más respetado en ese país”, comenta. Un intercambio que hay que valorar.