En los últimos 4 años, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) ha implementado a nivel nacional más de 534 proyectos en el marco del Programa de Usos Productivos de Electricidad, beneficiando a más de 21 mil familias de las zonas rurales.
El Programa de Usos Productivos de Electricidad es impulsado por la Dirección General de Electrificación Rural (DGER) del MEM mediante la liberación de fondos concursables. En 4 años se ha desembolsado más de S/ 7, 1 millones en la implementación de este programa que facilita a las comunidades de menos recursos al acceso el suministro eléctrico e incentivan su crecimiento económico y social.
De esta manera, se busca que el acceso a este servicio beneficie a los pobladores que tienen las condiciones para implementar un negocio o a los que ya tienen a través de la incorporación de maquinarias y equipos eléctricos, mejorar sus procesos de producción, ahorro en la mano de obra, entre otros beneficios.
La puesta en marcha de los proyectos de usos productivos de electricidad tiene por objetivo contribuir a la mejora de las condiciones de vida de los pobladores ubicados en las zonas rurales, ya que al enriquecer la calidad de sus productos obtendrán mejores precios.
En el caso de las empresas distribuidoras de electricidad, este modelo las beneficia porque aumentan la demanda eléctrica al incorporar al emprendedor como un nuevo cliente o incrementa el consumo en el suministro existente por el ingreso de maquinarias y equipos eléctricos para procesar sus productos.
Asimismo, la DGER identificó que el nivel de participación de la mujer en los procesos productivos trabajados ha sido de 30% en general, siendo en la sierra rural de Cusco, Puno, Arequipa, Ayacucho, Ancash y Cajamarca donde se concentró más su presencia.
En la zona rural de la costa, se implementaron sistemas de bombeo eléctricos para el riego, que reemplazaron a los de petróleo; así como plantas de procesamiento de lácteos y de frutas. En la sierra, se han desarrollado molinos de grano, procesadoras de alimentos balanceados, especialmente para truchas criadas en el Lago Titicaca (Puno), centros de crianza de cuyes; y en la selva se pusieron en marcha plantas de procesamiento de café (despulpado), procesadoras de cacao, carpinterías, entre otros.