El Ministerio de la Producción realizó cambios en su Reglamento de Organización y Funciones (ROF) a través del Decreto Supremo (DS) 009-2017-Produce, que modifica los artículos 8, 13, 14, 16, 64, 65, 67, 68, 69, 70, 71, 72 y 73 de su ROF, aprobado en febrero pasado.
La norma incorpora funciones adicionales al Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura
En el primer caso, entre sus tareas estará: promover la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación en pesca y acuicultura, considerando las prácticas tradicionales asociadas a la pesca y acuicultura de los pueblos indígenas, cuando corresponda.
Además, impulsar programas, proyectos y acciones para fortalecer la cadena productiva en materia pesquera y acuícola; promover el diseño y desarrollo de mercados y actividades productivas vinculadas al ámbito pesquero y acuícola, generando una mayor competitividad, inversión e inclusión social; entre otras.
Resulta interesante la nueva función asignada al Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura en relación a promover el diseño y desarrollo de mercados y actividades productivas vinculadas al ámbito pesquero y acuícola, generando una mayor competitividad, inversión e inclusión social.
Esto en la medida que podría sugerir que el Despacho tendrá un sustento para actuar sobre el mercado interno de productos pesqueros, en el actual contexto en el cual solo el mercado externo dispone de incentivos, estímulos y subsidios creando un marco de competencia desleal con el mercado nacional.
Los ciudadanos peruanos no disponemos de las mismas ventajas de cantidad y calidad de que disponen los ciudadanos de otros países que reciben nuestros pescados y mariscos con mayores y mejores controles de calidad y con subsidios.
Por la misma razón no se puede contar con productos como la pota y anchoveta como elementos de reducción de los índices de desnutrición y anemia en el país.
En la edición de Junio de la Revista Pesca se publicarán varias notas al respecto y debe agregarse el hecho de que el país tiene un sesgo exportador importante al punto de que existe un Ministerio de Comercio Exterior, lo que no es malo en sí mismo. Lo malo es que no existe un Ministerio de Comercio Interior que se encargue de proporcionar al mercado nacional un marco de igualdad de ventajas que las que tiene el mercado externo. De esta forma el empresario privado podría elegir a qué mercado atender con reglas de juego justas.
Si como resultado de las reglas de mercado y de igualdad de competencia, subsistiese un sector importante de población sin atención o sin posibilidad de acceso a productos pesqueros por cuestión de pecios o la razón que fuese, entonces el Estado deberá intervenir de la forma que considere más adecuada a fin de combatir la desnutrición y la anemia infantil.
Esto ha sido descuidado en los últimos 6 años, por lo cual la nueva función asignada al Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura podría ser una oportunidad para corregir esta situación.