La inflación anual de México disminuyó a 6,25% en abril de 2023, su nivel más bajo en un año y medio. Aunque este dato se encuentra ligeramente por encima de las expectativas del mercado de 6,23%, sigue estando muy por encima del objetivo del Banco Central de México de 2,0%–4,0%. El ritmo de crecimiento de los precios se ralentizó en diversas categorías del IPC, como alimentos y bebidas no alcohólicas, restaurantes y hoteles, bienes y servicios diversos, mobiliario y equipamiento del hogar, y vestuario y calzado. Además, los precios de comunicaciones y vivienda y servicios públicos cayeron. La tasa de inflación subyacente también disminuyó a 7,67%, su nivel más bajo en nueve meses.
Esta desaceleración de la inflación podría ser una señal positiva para la economía de México, ya que podría ayudar a controlar la presión sobre los precios y reducir la incertidumbre para las empresas y los consumidores. Sin embargo, la inflación aún se encuentra en niveles elevados, por lo que es necesario seguir vigilando de cerca su evolución. El Banco Central de México podría seguir adoptando medidas para controlar la inflación, como aumentar las tasas de interés, aunque esto podría tener un impacto negativo en el crecimiento económico del país.