El Perú se proyecta para reafirmar su posición como el principal exportador mundial de uvas al finalizar la campaña 2022-2023, respaldado por una producción en el primer semestre del presente año que alcanzó las 543.000 toneladas, lo que representa un incremento del 9% en comparación con el mismo periodo de 2022. Este logro se ha obtenido a pesar de los desafíos climáticos y es un testimonio de la robustez y resiliencia del sector agrícola peruano. La uva, siendo un producto de exportación significativo, ha sido un pilar en la economía peruana, contribuyendo no solo al PBI sino también fortaleciendo la presencia del país en los mercados internacionales.
La producción de uva en Perú se distribuye en 12 departamentos, siendo Ica y Piura los principales productores en 2022, con 430.000 y 266.000 toneladas respectivamente, lo que representa el 76% de la producción nacional. En junio de 2023, la producción preliminar habría alcanzado las 14,600 toneladas, lo que significaría un incremento del 5,6% en comparación con junio de 2022. Se prevé que Perú se posicione nuevamente como el principal país exportador de uva fresca al cierre de la campaña 2022/2023, con un volumen de 595.000 toneladas, superando a Chile, que se espera que exporte 555.000 toneladas. Este rendimiento y liderazgo en la exportación de uvas se atribuye a mejoras en los niveles de rendimiento desde 2020, pasando de 20,860 a 24,801 kilogramos por hectárea en 2022.
En 2022, la uva representó un 11,3% del valor bruto de la producción agropecuaria con un monto de S/ 1.311 millones y un 13% del valor de las exportaciones agrarias. Entre 2014 y 2022, el valor de las exportaciones de uvas frescas creció a una tasa promedio anual del 8,9%, alcanzando ventas por US$ 1.364 millones en 2022, lo que duplica el valor obtenido en 2014. Además, la uva fresca se posicionó como el segundo producto de exportación agraria, igualando a los arándanos frescos con un 13% del total de exportaciones. Aunque el fenómeno El Niño podría presentar desafíos, especialmente en relación con la aparición de plagas, el sector ha demostrado ser capaz de navegar a través de desafíos previos y se espera que continúe siendo un actor clave en la economía peruana y en el mercado global de uvas.