La FAO muestra las consecuencias de la guerra en el sistema alimentario mundial y prevé que el impacto se extenderá dado que Ucrania y Rusia representan más de un décimo de todas las calorías comercializadas en el mundo, y esos flujos se han visto interrumpidos desde que estalló el conflicto. El aumento de los costos de producción significa que otros países solo podrán compensar en parte las exportaciones de granos y girasol del Mar Negro en la próxima temporada 2022-2023. Es probable que eso impulse los precios internacionales de alimentos y forraje animal un 22% más y que siga existiendo una brecha de suministros si la guerra persiste y la energía sigue siendo cara. Eso supone una caída de 25 millones de toneladas en las exportaciones combinadas de trigo y maíz, y una caída de 3 millones de toneladas en las semillas oleaginosas. Con un aumento del 20,7% interanual, en febrero del 2022, el índice de precios globales de los alimentos rompió un nuevo récord con 140,7 puntos, según cifras de la FAO.
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