Siempre hemos atribuido la caída o desaceleración del PBI a una crisis externa o a un desastre natural. Sin embargo, esta vez la pronunciada desaceleración del crecimiento del PBI se debe mayormente a errores de política económica cometidos por los gobiernos de Humala, PPK y el actual de Vizcarra. El BCRP, una vez más, espera que la economía se recupere en el transcurso de este año. El MEF apuesta a que su programa de Productividad y Competitividad reanimará la economía en el corto plazo. Nuevamente, con el cuento de la política anticíclica, el gobierno sustenta el aumento del gasto corriente diciendo que es necesario para reactivar la economía.
Lamentablemente, la realidad es otra. La regla general es que los países no crecen cuando no hay inversión. Y cuando no hay ahorro, no hay inversión. Pareciera que nuestras autoridades se han olvidado de que sin ahorro no hay crecimiento. En un país en el que la informalidad, exacerbada por la inmigración venezolana, está en constante aumento y genera un estancamiento de la productividad (la otra fuente de crecimiento), se hace casi imposible seguir creciendo sin un aumento de la inversión y, por lo tanto, sin un aumento del ahorro.
AHORRO E INVERSIÓN
Como lo había descrito en un post pasado, los gobiernos de Humala, PPK y Vizcarra se han dedicado sistemáticamente a desincentivar el ahorro y, más bien, se han dedicado a incentivar el consumo a través del aumento del sueldo mínimo, el aumento de las transferencias monetarias, la disminución de los aportes al sistema pensionario y de salud, y el aumento del gasto corriente del Estado, en perjuicio de la inversión. Nuestras autoridades no se han percatado que, desincentivando el ahorro, están desincentivando la inversión y, por lo tanto, el crecimiento económico. Es el mismo error que han cometido los gobiernos de Venezuela, Argentina, el Brasil de Lula, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. No hemos aprendido nada de la experiencia de los países asiáticos, incluyendo China, que cuentan con las tasas de ahorro más elevadas del mundo.
El ahorro de un país tiene tres fuentes: (i) ahorro privado; (ii) ahorro público; y (iii) ahorro externo. En el Gráfico 1 se muestra la evolución de las tres fuentes de ahorro para el periodo 1990 –2019. Para facilitar su interpretación hemos graficado su valor en millones de US$ dólares corrientes y la fuente de los datos es el BCRP.
Observamos que el componente más importante es el ahorro privado. Sin embargo, este componente se ha estancado desde fines de 2017 en alrededor de US$ 40,000 millones. La principal fuente de ahorro privado son los aportes al sistema previsional (AFP y ONP), las contribuciones al sistema de salud, las CTS, y, en menor medida, los depósitos en las cuentas de ahorro y a plazo en los bancos. ¿Qué ha hecho el gobierno para incentivar el ahorro privado? Nada. Por el contrario, los tres últimos gobiernos se han dedicado a desincentivarlo. El retiro anticipado de las pensiones y de las CTS, la universalización del SIS, la creación de sistemas no contributivos para pensiones y salud son solo algunas muestras de cómo se ha favorecido el consumo, en detrimento del ahorro.
APORTE PREVISIONAL
Se puede criticar el sistema de AFP por su estructuración y manejo de sus inversiones, pero es indudable que ha contribuido significativamente al aumento del ahorro privado y, por ende, al crecimiento de la inversión en el Perú. Al evaluar la dación de una nueva ley del sistema previsional se debe reconocer que los fondos que administran las AFP son un importante componente del ahorro privado.
El segundo componente en importancia del ahorro es el ahorro público (definido como ingresos corrientes menos gasto corriente). Observamos que este componente llegó a significar casi US$ 16,000 millones en los primeros años del gobierno de Humala. Sin embargo, a partir de entonces el efecto combinado de una menor recaudación, debida a errores de política tributaria y un aumento del gasto corriente, causado por el aumento de la burocracia y gastos en los programas sociales, han generado una caída significativa del ahorro público que en el último año ha mostrado una tímida recuperación.
INFLUENCIA DEL GASTO
Las cifras demuestran el excesivo aumento del gasto corriente en detrimento del gasto en inversión del sector público. En lugar de plantear una reforma tributaria que priorice la disminución de la informalidad y promueva la inversión y creación de empleo formal, los gobiernos se han dedicado a crear nuevos ministerios, aumentar las remuneraciones de los trabajadores del sector público, incrementar los programas de transferencias monetarias y crear regímenes no contributivos de pensiones y salud.
El tercer componente del ahorro es el ahorro externo que se define como el negativo de la cuenta corriente, que es el saldo de la balanza comercial más la balanza de servicios y los saldos de ingresos de factores (pago de royalties e intereses de deuda externa) y de transferencias (remesas).
Es decir, cuando aumentan las importaciones de bienes o servicios aumenta el ahorro externo, o cuando aumentan las remesas de los peruanos que viven en el exterior también aumenta el ahorro externo. En la definición del ahorro externo juega un papel muy importante la inversión extranjera que es la fuente mas importante del financiamiento de la cuenta corriente. A mayor inversión extranjera mayor ahorro externo.
En el Gráfico 2 se muestra la evolución de la inversión extranjera total (inversión directa, inversión de cartera y préstamos de largo plazo) para el periodo 1990–2019 en millones de US$. Observamos que llegó a US$ 20,000 millones en el primer año del gobierno de Humala, pero desde ese entonces no ha dejado de caer. En los últimos años se encuentra alrededor de los US$ 5,000 millones, cifra similar a la inversión realizada durante el gobierno de Fujimori. ¿A qué se debe esta caída tan pronunciada en la inversion extranjera? La mayor causa es el clima adverso a la inversión extranjera que los gobiernos de Humala, PPK y Vizcarra han venido creando desde el 2012. Las paralizaciones o suspensión de grandes proyectos mineros son prueba palpable de ello. La sobrerregulación de muchas actividades, aunadas a la una legislación laboral y tributaria que desincentivan la inversión, han creado un clima poco propicio para atraer inversión extranjera hacia el Perú.
En conclusión, podemos decir que la pronunciada desaceleración económica que estamos experimentando es una consecuencia directa de la política de los últimos tres gobiernos que han priorizado el gasto corriente y el consumo sobre el incentivo al ahorro y no han creado condiciones para atraer la inversión, nacional o extranjera. No vemos un cambio de política por parte de este gobierno en el horizonte cercano. En este escenario, lo mas probable es que las tasas de crecimiento del PBI para los próximos años continúen deprimidas.