Bloomberg informó que la crisis energética global estaría a punto de llegar a Sudamérica debido a sequías más prolongadas y la alta probabilidad de retrasos en la temporada de lluvias por cambios climáticos y el fenómeno de La Niña, haciendo el 2022 un año difícil para la energía hidroeléctrica, especialmente en los países ubicados más al sur del continente como Brasil y Chile. Por ejemplo, las principales reservas hidroeléctricas de Brasil han caído al 17% y se encuentran al borde de sufrir racionamientos de energía y apagones teniendo que depender de la importación de suministros de Uruguay y Argentina. El continente se verá obligado a competir por el gas natural para uso de combustible de respaldo incrementando su demanda y haciendo que los precios se disparen, como viene ocurriendo en gran parte del mundo.
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