En su reunión de junio, el Banco Central Europeo (BCE) decidió incrementar los tipos de interés en 25 puntos básicos, llevando el tipo de las operaciones principales de financiación al 4%. Este aumento, que sitúa los tipos de interés al nivel más alto desde la crisis financiera de 2008, también impulsó el tipo de la facilidad de depósito a un máximo de 22 años del 3,5%.
El BCE ha realizado este movimiento a pesar de que el bloque económico entró en recesión a principios de 2023. Esta es la octava subida de tipos consecutiva que el BCE implementa, en respuesta a las tasas de inflación general y subyacente que se mantienen significativamente por encima de su objetivo del 2%.
Además de aumentar los tipos de interés, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación. Esta medida sugiere que el banco central espera que las presiones inflacionistas continúen en el corto plazo, justificando así su decisión de aumentar los tipos de interés.
Sin embargo, al mismo tiempo, el BCE ha reducido ligeramente sus proyecciones de crecimiento económico, particularmente para este año y el siguiente. Este ajuste en las previsiones de crecimiento, junto con la entrada en recesión, pone de relieve los desafíos económicos que enfrenta el bloque.