El sector minorista de la Zona Euro enfrenta una tendencia decreciente en sus ventas, con una caída del 0,3% en septiembre, lo que representa el tercer mes seguido de retroceso y supera las previsiones de mercado que anticipaban una disminución del 0,2%. Este descenso continuado pone de manifiesto los retos que la demanda de los consumidores está experimentando en un entorno de alta inflación y costos de endeudamiento que han alcanzado niveles máximos en varios años. La contracción en las ventas ha sido más pronunciada en el segmento de productos no alimentarios, que registró una caída significativa del 1,9%, la mayor desde junio de 2022. De manera similar, el comercio electrónico también experimentó una reducción del 1,9%.
El sector de combustibles no ha sido ajeno a esta tendencia negativa, con una disminución del 0,9% en las ventas, marcando así el cuarto período consecutivo de contracción. En contraste, las ventas en el sector de alimentos, bebidas y tabaco presentaron un panorama más alentador, con un incremento del 1,4%. Este crecimiento podría reflejar una demanda más resiliente de bienes esenciales frente a la disminución del gasto en bienes no esenciales.
La situación varía considerablemente entre las principales economías de la Zona Euro. Alemania e Italia han visto disminuir su comercio por cuarto mes consecutivo, con caídas del 0,8% y 0,4% respectivamente, mientras que los Países Bajos registraron una disminución por tercer mes seguido, también del 0,8%. Por otro lado, Francia y España han mostrado una ligera recuperación, con incrementos en las ventas del 0,4% y 0,2% respectivamente.
Estos datos reflejan una divergencia en la recuperación económica dentro de la Zona Euro, donde algunos países están logrando revertir la tendencia negativa, mientras que otros continúan luchando contra las repercusiones de una inflación elevada y costos de endeudamiento. La persistencia de esta tendencia a la baja en las ventas minoristas podría señalar una desaceleración más amplia en el consumo, lo que tendría implicaciones significativas para la economía de la Zona Euro en su conjunto. La capacidad de los consumidores para seguir gastando en medio de la presión inflacionaria y el aumento de los costos de endeudamiento será crucial para la trayectoria de la recuperación económica de la región.