La gigante japonesa ha anunciado que abandonará el mercado de los PC de consumo y que se centrará en los ordenadores corporativos. En los últimos años, el producto estrella de la compañía eran los portátiles, como los de la serie Satellite, que destacaban por sus buenas características técnicas y por su ajustado precio.
Junto a esta decisión, también ha anunciado un proceso de reestructuración en que despedirá a 900 empleados en todo el mundo, un paso muy difícil para una empresa originaria de Japón, un país en el que los despidos masivos son vistos como algo totalmente indeseable y como un recurso a aplicar solo en los momentos más desesperados.