Conociendo a la juventud peruana (a propósito de la nueva ley laboral juvenil)

La repentina promulgación de la nueva ley laboral juvenil ha sobre exaltado los ánimos de la reserva poblacional del país, ante lo que suponen el recorte de sus beneficios laborales o, en extremo, la posibilidad de perder sus puestos de trabajo. Pero, ¿qué conocemos sobre este importante segmento etario que representa casi el 10% de la población? Hoy repasaremos sus características más representativas gracias a la Encuesta Nacional de la Juventud Peruana desarrollada por el INEI en el 2011; no obstante, el análisis se centrará no en el espectro de edades que contempla la norma mencionada (de 19 a 24 años) sino en el rango de edades entre 20 y 24 años, dado que así fue segmentada y procesada la información de dicho censo.

Según los datos recabados, el rango entre 20 y 24 años representa el 32, 5% de la población juvenil peruana. Como cabe esperar, un mayoritario porcentaje de este grupo de jóvenes es soltero (68, 8%), pero también es importante el número de convivientes (24, 7%). Tal vez esto último determina que el 21, 8% de estos jóvenes tengan un hijo, e incluso que 7, 5% de ellos tengan dos hijos a tan corta edad. Respecto a su actual lugar de residencia el 79% vive en casa de sus padres o familiares cercanos. En el plano educativo el 45, 9% tiene estudios secundarios, el 23, 9% estudios superiores universitarios y el 19, 7% estudios superiores no universitarios, en los tres casos el censo considera en tales porcentajes los estudios concluidos y los sin concluir. En suma, el 43, 6% de este grupo etario cuenta con al menos un año de educación superior. En promedio los jóvenes del rango analizado han estudiado 11, 3 años.

El 75, 9% de estos jóvenes forma parte de la Población Económica Activa (PEA). Bajo la óptica de su condición ocupacional, el censo revela que el 51, 6% de ellos se dedica sólo a trabajar, seguido de un 18, 3% que además de trabajar también estudia, algo menor es el conjunto de los que sólo estudian (12, 9%) y preocupa que 17, 3% ni estudie ni trabaje. Dentro de los que tienen trabajo, el 67% percibe remuneraciones menores a S/. 1.000 mensuales. Existe un grupo importante (32, 6%) que realiza actividades no calificadas y en empleos con alta precariedad, luego uno algo mayor (39%) constituido por jóvenes con poca calificación en toda la gama de actividades económicas, desde las puramente extractivas hasta las de servicios, y otro grupo importante que cuenta con calificaciones medias (13, 8%).

Pero existe el otro lado de la moneda, los que no tienen trabajo, según el censo son más de 160 mil jóvenes y lo más crítico del asunto es que el 59% de ellos tiene educación superior. Al momento de la realización de la encuesta, más del 50% llevaba un mes buscando trabajo sin resultados. Para jóvenes como ellos la nueva norma podría significar el nacimiento de oportunidades que permitan su ansiada inserción laboral, pero pueda que para los no tan jóvenes (entre 25 y 29 años) que hoy en un 43% realizan labores operativas poco calificadas, signifique que mañana se abra la posibilidad de ser sustituidos por sus pares de menor edad. Con el fin de no despertar nuevos descontentos sociales, se espera que en los próximos 120 días el Gobierno diseñe para la norma un reglamento que no deje la posibilidad de suspicacias que afecten la comunión entre el empresariado y la fuerza laboral.

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