Sonó a fuerte jalón de orejas la exhortación del FMI al gobierno peruano para que implemente de forma más enérgica medidas de lucha anticorrupción. En un lenguaje diplomático, lo que el FMI le estaría queriendo decir al gobierno de PPK es que no puede doblar la página ante los miles de millones de dólares que Odebretch, Camargo Correa, OAS y sus asociadas, entre otras, le siguen tratando de defraudar al Estado Peruano.
Le estaría queriendo decir, aplique usted la cláusula anticorrupción que contienen los contratos de concesión firmados con Odebretch, Camargo Correa, OAS y sus asociadas, que lo facultan a demandarlas por daños y perjuicios generados al Perú al sobrevaluar las obras, coimear autoridades y lavar dinero. Le estaría queriendo decir, ordene usted la realización de peritajes independientes para valorizar los daños y perjuicios al Estado peruano, anule los contratos fraudulentos. Inmovilice los activos de esas empresas en lugar de patrocinar su venta a terceros, y demande la nulidad de la venta de esos activos.
Le está queriendo decir, solicite al poder judicial que el poder ejecutivo sea considerado como parte agraviada en todos los casos de corrupción vinculados a los contratos de concesión fraudulentos. Demande usted como medida cautelar el embargo preventivo de las cuentas de las empresas expoliadoras y la incautación de toda la información que poseen. Exprese públicamente su indignación por que la fiscalía mantenga en secreto el acuerdo de colaboración que ha firmado con Odebretch a espaldas del país. Contrate estudios de abogados de peso en Estados Unidos y Brasil, para que la justicia de ambos países colabore al máximo con la justicia peruana.
Solicite al poder judicial el impedimento de salida de todos los sospechosos de haberse coludido para recibir las coimas y lavar dinero, desde las alturas del poder, entre ellos Nadine Heredia y sus familiares y amigos. Busque seriamente que el gobierno americano y el de Israel colaboren para que Alejandro Toledo y sus cómplices compadezcan ante la justicia peruana.
Por último, el FMI le está queriendo decir al gobierno de PPK que contribuya a que la contraloría realice una labor técnica independiente, en lugar de pretender coaccionarla para que no cumpla sus funciones. Le está queriendo decir, evite los conflictos de intereses y el tráfico de influencias para favorecer a empresas amigas. No les regale nada y negocie usted con ellas como si el dinero del Estado saliera de su propio bolsillo.
Y al querer decirle todo esto, asumo que el FMI no estaría adoptando una posición contraria a las inversiones privadas en el Perú, sino todo lo contrario. Pues sólo en un país digno, donde prime la transparencia, la justicia y la ley para todos por igual, por encima de la vuelta de página, puede haber verdadero atractivo para invertir y alumbrar una prosperidad inclusiva.