Según el glosario económico del BCRP, la inversión directa extranjera (IDE) es la inversión realizada en un país por un inversionista no residente con un interés económico de largo plazo, otorgándole influencia en la dirección de la empresa. En la balanza de pagos, como norma general, se considera empresa de inversión directa cuando un inversionista no residente posee 10 por ciento o más del patrimonio de la empresa.
¿Por qué es importante la inversión directa extranjera? Porque revela el grado de confianza que el inversionista extranjero tiene en el país en el mediano y largo plazo. En países como el nuestro con un bajo nivel de ahorro domestico y con cuentas públicas deficitarias, el ahorro externo es fundamental y la inversion directa extranjera es el principal componente del ahorro externo.
En el Gráfico 1, se presentan la evolución trimestral de la IDE en millones de US$ para el periodo 2012 – 2018. Para evitar el efecto estacional la evolución trimestral se presenta como el acumulado d ellos últimos cuatro trimestres. Observamos que después de haber estado por encima de los 10,000 millones de US$, en la actualidad apenas llega a los 6,000 millones. Si no tomamos en cuenta el año 2014, la IDE en el año 2018 ha sido la mas baja de los últimos 14 años. Estudios del BCRP demuestran que el nivel de IDE está asociada al riesgo crediticio de un país otorgado por las clasificadoras de riesgo país y a su estabilidad económica y política.
Para poder analizar mejor las causas del estancamiento de la inversión directa extranjera es necesario remontarnos al pasado y ver su comportamiento cuando nuestro país no tenía estabilidad económica ni grado de inversión. Para que nuestro análisis sea más realista es mejor expresar la IDE como porcentaje del PBI. La evolución de la IDE como porcentaje del PBI se presenta en el Gráfico 2 para el periodo 1985 – 2018. Observamos que en el primer gobierno de García y los primeros años de Fujimori, la IDE fue casi nula y en algunos trimestres negativa (salida neta de capital extranjero). Esto cambió dramáticamente con las reformas estructurales introducidas por Fujimori y consagradas en la Constitución de 1993. El proceso de privatización y la renegociación de la deuda externa disminuyeron el riesgo crediticio del país posibilitando la entrada de capitales extranjeros. De hecho, durante el gobierno de Fujimori se registraron los niveles mas altos de IDE como porcentaje del PBI en la historia reciente del Perú.
La crisis de la deuda rusa y el estancamiento de las reformas estructurales y del proceso de privatización incluyendo la postergación del proyecto de Camisea, motivaron que la IDE se redujera en los últimos años del gobierno de Fujimori. Durante los gobiernos de Paniagua y Toledo, la IDE continuó deprimida con una recuperación temporal en el 2003 producto de la puesta en marcha del postergado proyecto de Camisea.
La bonanza de los precios de los minerales y el otorgamiento del grado de inversión durante el segundo gobierno de García permitió una recuperación sostenida de la IDE aunque sin llegar a los niveles alcanzados durante el gobierno de Fujimori. Esta recuperación se vio interrumpida por la crisis financiera mundial del 2008.
La inversión comprometida en proyectos mineros durante los últimos años del gobierno de García permitió que los niveles de la IDE se mantuvieran durante los primeros años del gobierno de Humala. La ausencia de nuevos proyectos de inversion o la paralización de algunos como Conga y Tía María, motivó que la IDE se redujera significativamente en los últimos años del gobierno de Humala.
El gobierno de PPK y el actual de Vizcarra no han conseguido reactivar la IDE y esta se encuentra estancada alrededor de 3% del PBI, nivel inferior al 6% alcanzado durante el gobierno de Fujimori o al 5% alcanzado durante el segundo gobierno de García.
¿Por qué continúa estancada la inversión directa extranjera? Definitivamente el ruido político generado por los escándalos de corrupción contribuye a este estancamiento. Sin embargo, la postergación de reformas estructurales es la que viene jugando un papel decisivo en el estancamiento de la IDE.
La postergación de una verdadera reforma laboral viene impidiendo la materialización de significativa inversión extranjera que redirecciona sus inversión a otros mercados más atractivos en materia laboral. Esta situación es más relevante en el sector manufactura y de servicios, ya que, en el sector minero, el factor trabajo es menos significativo. La ausencia de una reforma tributaria integral que priorice la creación de empleo formal es un verdadero impedimento a la llegada del capital extranjero, especialmente cuando países como EUA y otros vienen reduciendo significativamente sus tasas de impuesto a la renta.
En estas circunstancias, los “road shows” del ministro de economía y finanzas para atraer inversión extranjera resultan improductivos. Los planes de mejoras en la productividad y competitividad y de lucha contra la corrupción resultan estériles para atraer nueva inversion mientras no se ataquen frontalmente los problemas del mercado laboral y el tributario.