Existen en el país alrededor de 650 empresas que prestan servicios de intermediación laboral y más 100.000 trabajadores destacados bajo esta figura, que van desde cobertura temporal de una posición, hasta brindar servicios complementarios y especializados. Si bien fue un negocio que nació de la necesidad de la brecha entre la creciente oferta laboral y la escasa creación de puestos de trabajo durante la década de los 90s, actualmente no es correcto considerar que ésta actividad se involucra con la informalidad, pues el Estado tiene un reglamento estricto para dicha modalidad.