Releyendo a Antonio Brack Egg (1940-2014) en su libro ‘Perú. Catorce recursos genéticos que cambiarán el mundo’ editado en diciembre de 2015 por PromPerú, el prestigioso investigador natural de Oxapampa, desarrolla una propuesta que cada día cobra más vigencia, en la medida que, para desarrollar la agricultura familiar, en especial la de los Andes, es imperativo trabajar en la agroindustria andina de exportación. Precisamente, con base en el legado de Brack y de estudiosos que lo antecedieron como Augusto Weberbauer y de padres Salesianos como Jaroslav Soukoup SDB.
Comienza la lista de catorce recursos, la papa, el alimento principal de los peruanos, en especial de los menos favorecidos. Siguen el maíz, los ajíes, el frijol y el camote. Luego, el tomate, la quinua, la kiwicha, la maca y el cacao. En seguida, la quina, la coca y la shiringa (o caucho) cerrando esta riqueza de la llamada biodiversidad nativa, la anchoveta peruana (pilchard en inglés).
Son catorce recursos genéticos originarios de nuestra riqueza natural que -además de su posicionamiento como grandes alimentos- hay que insistir en el papel de la investigación y la tecnología para la creación de una agroindustria de alto valor agregado dirigida a actividades productivas como la de alimentos ‘hi tech’ y la ‘productización’ para la gastronomía, innovación que en APEGA se denominó ‘comida peruana rápida, saludable y económica’, elaborada a partir de ingredientes de la diversidad biológica cultivada por la agricultura familiar.
Es un libro de lectura obligada para los jóvenes inquietos y creativos, en estos tiempos en que se comienza a revalorar el trabajo agropecuario como uno de los pilares de nuestro país. Entusiasma leer a Brack tratar sobre el licopeno, que es un micronutriente y destacar el potencial de las variedades de tomates silvestres aún por aprovechar. Conocer el trabajo de los botánicos de EE. UU, Iltis y Ugent, que en 1962 colectaron tomates silvestres en Apurímac, que enviados a California sirvieron para mejorar el contenido de azúcar en los tomates de ese país. Esa es una de nuestras ‘gemas’, la alta variabilidad genética de las especies nativas que nos abrirá puertas que aún no se vislumbran.
Finalmente, para apurar este proceso de desarrollo de nuevos negocios, es necesario un estímulo para que la agroexportación invierta en este campo prácticamente inexplorado de la investigación y desarrollo de productos de consumo e ingredientes industriales, a partir de estos tesoros nativos, que los empresarios y emprendedores convertirán en las nuevas estrellas del firmamento agroexportador. Hasta hoy la agroexportación nacional se ha dedicado -con sonado éxito- solo a cultivos que se consumen habitualmente en el hemisferio norte, muy pocos de ellos de esta lista que Antonio Brack nos recuerda y reclama.
El libro puede descargarse del Repositorio de PromPerú.