Doscientos años de República no han mejorado la situación de las poblaciones originarias que viven en comunidades nativas, o en poblaciones rurales dispersas sin formar parte del sistema económico. Al igual que la mayor parte de la población urbana que se desarrolla en una economía informal de subsistencia y carente de educación y salud, subsiste una calidad de vida deplorable y lamentable. Poco o nada ha cambiado en el Perú.
El hecho es que el modelo político y económico es bueno para los menos; pero no beneficia a los más. Nos condena a soportar políticos y funcionarios que nos mienten y nos roban con total impunidad o, en el mejor caso, son sancionados por una justicia tan lenta que en la práctica deja de existir. No hay mecanismos que permitan a la ciudadanía despedir a sus políticos o funcionarios.
En este contexto estamos obligados a elegir nuevas autoridades. Debemos hacerlo en forma diferente revisando bien a los candidatos, con la esperanza de que esta vez sea distinto; pero preparados para hacer algo si todo resulta ser igual.
Desde el punto de vista de la pesca, los ciudadanos directa y/o indirectamente relacionados con la pesquería ¿por quién deben votar? Y los no relacionados con el sector, o sea el principal segmento poblacional ¿por quién deberían votar?
Ambos, de una u otra manera están relacionados con la pesquería. Los primeros porque sus ingresos económicos dependen, principalmente o en gran medida de la actividad pesquera y los segundos porque son consumidores finales de pescados y mariscos.
Entonces, ¿qué deben hacer?
Podemos votar por cualquiera, sin la menor certeza de que cumplirán lo ofrecido o si podrían hacerlo. Los planes no son vinculantes.
Por eso tenemos que evaluar al candidato, mirarlo a los ojos y deducir si estará dispuesto a cumplir, o votar a ciegas y por consigna eligiendo al mal menor, o al viejo político tradicional en lugar de apostar por lo nuevo. Antes de marcar un símbolo preguntémonos ¿a quién quieren servir esos candidatos? ¿a nosotros, a ellos mismos, o a alguien más?
La principal cualidad que debe evaluarse es la sincera y real vocación de servicio al país y a los demás. Más allá de las promesas, lo determinante debe ser la confianza que inspire el candidato, tanto por su trayectoria personal, integridad, honestidad, capacidad y liderazgo, así como por sus convicciones en la necesidad de efectuar cambios y la suficiente voluntad política para imponer con firmeza un nuevo modelo de gestión en la pesquería y en el país.
También es importante evaluar al equipo de personas que lo acompañarán durante su administración. No solo sus cualidades morales y personales, sino investigando a quién sirven realmente, si a los intereses del país o a algún poder económico. No se puede olvidar que la política y la administración pública son constantemente infiltradas por quienes se dedican a defender intereses personales y/o de parte, por encima de los intereses nacionales, unas veces abierta y descaradamente y otras veces detrás de las sombras, manipulando y colocando o sacando funcionarios según sus conveniencias.
La pregunta es, ¿tú qué vas a hacer?
En opinión de la Revista Pesca, se debe votar por quien mayor credibilidad ofrece en el tema pesquero, y quien a su vez ha ofrecido implementar las medidas más coherentes y favorables para las mayorías. Lejos de demagogia y ofertas incumplibles, es hora de elegir en base a lo realmente posible de cumplir y por las personas que muestran mayor identificación las mayorías y no con las partes.
En esta edición, la Revista Pesca presenta las ofertas electorales para el sector pesca y acuicultura que los partidos en contienda dicen que aplicarán.
Cada lector debería analizarlas y sacar sus propias conclusiones.
En este suplemento de la Revista Pesca de enero 2021, se transcribe literalmente lo que se ha encontrado en todos los planes de gobierno de los partidos en la contienda electoral, referidos a la pesca y acuicultura.
Los invito cordialmente a leer la última edición de la Revista Pesca y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.