Ante el temor de un posible contagio y el incremento acelerado de la oferta de servicios con pago digital, el efectivo ha perdido atractivo como medio de pago. Ello se evidencia en el menor uso de los cajeros automáticos tras el inicio de la pandemia. Según cálculos a partir de los datos del BCR, las operaciones por ese canal se habrían reducido de 47 millones en diciembre del 2019 a 35 millones a fines del 2020, una caída de 25%. En contraste, la preferencia por las transferencias bancarias como medio de pago se habrían incrementado de 48 millones en diciembre del 2019 a 84 millones a fines del 2020, un aumento de 75%. La preferencia por el uso de transferencias se debería en parte a que estas tienen menos costos asociados, mayor seguridad que el efectivo en temas de robos y el pago rápido y directo por parte del cliente al negocio. Sin embargo, la principal desventaja es que existe una alta probabilidad de no ser aceptado en algunos pequeños negocios.
Los pagos mediante transferencias bancarias se incrementaron en 75% por la pandemia
