La existencia de desequilibrios macroeconómicos en Argentina, como el desfinanciamiento de la deuda, la tentación a la emisión para cubrir el déficit fiscal, el acceso reducido a la liquidez en dólares para la compra de importaciones, la regulación de los precios y la aceleración del tipo de cambio, están confeccionando una bomba de tiempo que pronto va a estallar y llevar los precios al consumidor a cifras récord desde 1991 (año en el que la inflación fue de 84%).
La inflación en junio fue de 64,1% anualizada, el incremento más grande desde enero de 1992 y relativamente en línea con las estimaciones del consenso del mercado (64,1%). Los próximos meses no son nada auspiciosos ya que en el segundo semestre se tienen aumentos programados en energía además que por cuestiones estacionales suele ser un período de crecimiento en los precios. Las últimas proyecciones indican que hasta diciembre la inflación promedio mensual será de 6%, con lo que la anual pasaría la valla del 100%.