El sesgo de los principales bancos centrales sigue siendo hacia el alza de las tasas de política monetaria. El diagnóstico predominante es el de mayores presiones inflacionarias por empuje de nuevas alzas en las materias primas, que podrían profundizarse si finalmente Rusia efectivamente interrumpe por completo el suministro de gas a los países europeos.
Los indicadores preliminares de expectativas empresariales sugieren que agosto será un segundo mes consecutivo de caída de actividad y ventas en la Unión Europea, lo que afirmaría las expectativas de que Europa se encamina a un escenario de estanflación con riesgo de incurrir en una recesión con inflación a partir del 3T22.